El equipo de investigación Gluten: salud, seguridad y sociedad de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha detectado que falta de tiempo y formación del personal sanitario público para atender a las personas celíacas. Por otra parte, quienes padecen la enfermedad muestran un buen conocimiento sobre la dieta sin gluten, y recurren principalmente a Internet y asociaciones especializadas para aclarar sus dudas alimentarias.
De esta manera, las investigadoras de este grupo demandan más educación nutricional y mejor atención a las personas celíacas por parte del sistema público de salud, teniendo en cuenta que no consumir gluten es el único tratamiento que existe para evitar las consecuencias de la celiaquía, que pueden llegar a derivar en serias complicaciones como el cáncer intestinal o la infertilidad.
Si bien el cumplimiento de la dieta es de vital importancia, no siempre se da y, en muchas ocasiones, la ingesta de alimentos indebidos sucede porque las personas celiacas no son conscientes de esa transgresión dietética. Por ello, el equipo de investigación Gluten: salud, seguridad y sociedad de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha analizado el conocimiento de la dieta sin gluten de pacientes y profesionales de la salud.
En este sentido, Edurne Simón, líder del grupo de investigación que lleva más de 25 años analizando temas vinculados al gluten y la alimentación, ha explicado que “queríamos medir cuánto saben, para comprobar dónde poner el énfasis a la hora de mejorar la formación; porque cuanto más conocimiento hay, mejor es la salud de las personas celiacas. Nuestro trabajo indica que donde más carencias hay es entre el personal médico. Les falta preparación y tiempo y esto perjudica directamente al cumplimiento de la dieta”.
Las conclusiones de la investigación han sido extraídas de las respuestas de profesionales de la sanidad pública de las 17 comunidades autónomas del Estado. En los cuestionarios, el 96 % reconoce que necesita más formación sobre la dieta sin gluten y el 80 % dice que le gustaría poder dedicar más tiempo a sus pacientes con celiaquía.
Así las cosas, Simón ha detallado que “el personal sanitario es consciente de las lagunas que tiene. Echan de menos más preparación porque están realizando labores que no se corresponden con su especialidad, asesorando en cuestiones que no dominan. Y, además, la duración de las consultas es limitada. En el poco tiempo que tienen, se centran en explicar la patología y no les da para analizar si las personas afectadas están cumpliendo la dieta”.
El estudio de la UPV/EHU ha detectado aspectos concretos en los que el conocimiento de las y los profesionales sanitarios es reducido. Por ejemplo, los resultados revelan que uno de cada cinco se equivoca al pensar que la quinoa contiene gluten y que el 15 % solo conoce tres o menos puntos críticos en los que se puede dar la contaminación o contacto cruzado. Asimismo, el 70 % del personal médico cree erróneamente que la declaración de trazas de gluten es obligatoria en el empaquetado de los alimentos. Es decir, la mayoría no sabe que realmente los productos no tienen por qué indicar en sus envoltorios dicha información.
Las autoras del trabajo subrayan los riesgos de esta equivocación, de manera que “si el personal médico instruye mal a sus pacientes sobre el etiquetado, existe la posibilidad de que ingieran comida con gluten con total tranquilidad, resultando perjudicial dado que las trazas también son tóxicas”.
Por otro lado, la investigación ha logrado interrogar a una amplia muestra de personas celíacas, y las respuestas de más de 3.700 pacientes indican que tienen un buen conocimiento general sobre la dieta sin gluten, sobre todo, aquellas que están vinculadas a las asociaciones de pacientes especializadas.
Sin embargo, también han preguntado a las personas con celiaquía dónde consultan sus dudas alimentarias y el 51,4 % ha respondido que recurre a Internet o a las redes sociales.
En este sentido, la investigadora de la Universidad del País Vasco alerta sobre los peligros de esta realidad, remarcando que existen muchos contenidos de poca fiabilidad y que hay que tener cierto conocimiento previo para poder discernir entre la información correcta y errónea. Además, Simón considera significativo el hecho de que el 31 % acuda a las asociaciones de pacientes especializadas para resolver sus dudas y que solo el 15,2 % vaya a la consulta de su médico o médica.
En este sentido, la experta ha afirmado que “las agrupaciones expertas en celiaquía están haciendo un gran trabajo, pero no puede ser que estén asumiendo una labor de la que, en realidad, tendría que hacerse cargo la seguridad social. Creemos que crear unidades clínicas multidisciplinares para atender a la celiaquía, con dietistas, médicos, enfermeras y psicólogos ayudaría a mejorar la salud de las personas celiacas. Y también ahorraría dinero a la sanidad, porque evitaría costes provocados por la atención tardía o pruebas adicionales”.