Una nueva investigación ha descubierto que los pacientes con celiaquía tienen el doble de riesgo de sufrir enfermedades crónicas hepáticas respecto a la población general, y que este riesgo se mantiene elevado más allá de 25 años después del diagnóstico.
Según explican los autores de este estudio, publicado en la revista especializada The Lancet Regional Health - Europe, esta conclusión es el resultado de un estudio de gran cohorte a nivel nacional desarrollado en Suecia sobre más de 48.000 pacientes con celiaquía confirmada por biopsia entre los años 1969 y 2017; y adicionalmente, se incluyeron otros 231.909 individuos de la población general como referencia.
En primer lugar, se tuvo en cuenta la incidencia de cualquier enfermedad crónica hepática; en segundo lugar, condiciones específicas como hepatitis viral, enfermedad esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD), enfermedades asociadas al consumo de alcohol, enfermedad hepática autoinmune y eventos generales adversos hepáticos mayores (MALO).
Para terminar de confirmar los hallazgos, se realizó una comparación entre 31.176 pacientes con enfermedad celíaca y sus 52.990 hermanos sin la condición. Tras un seguimiento medio de 16 años, la tasa de incidencia de cualquier enfermedad crónica del hígado fue de 79,4 por 100.000 pacientes al año en las personas con celiaquía, vs 39,5 por 100.000 pacientes al año en la población general.
Es decir, en comparación con los individuos de referencia, los pacientes con celiaquía tenían el doble de riesgo de enfermedad hepática, un riesgo que seguía siendo más elevado al menos 25 años después del diagnóstico inicial.
Además, el riesgo era incluso peor en aquellas personas que tenían antecedentes personales de enfermedades autoinmunes o metabólicas.
El análisis entre hermanos arrojó que las personas con celiaquía tenían efectivamente un riesgo más elevado de enfermedades hepáticas en general, y de MALO en concreto, que sus homólogos sin la enfermedad.
Estos descubrimientos enfatizan en la necesidad de incrementar la vigilancia ante problemas hepáticos en esta población y de implementar intervenciones para aquellos que muestren anormalidades en test hepáticos. Por otra, también funcionan en la dirección contraria; y según los autores, aportan razones para realizar cribados de celiaquía a las personas con ciertos marcadores hepáticos, como son los individuos con hipertransaminasemia.
Finalmente, los resultados dan cuenta del impacto para la salud que tiene la celiaquía, y subrayan la importancia de establecer un tratamiento temprano a través de limitaciones dietéticas estrictas en las personas con trastorno por celiaquía, e incluso en aquellas que muestran pocos síntomas.