De Moretti, en Zaragoza, se ha convertido en el primer restaurante italiano 100 % sin gluten con obrador propio en Aragón, ofreciendo así una experiencia culinaria única para celíacos y amantes de la comida italiana.
Abierto a mediados de julio, De Moretti es el resultado de la visión de sus propietarios, Jorge y Paco, quienes decidieron crear un espacio donde todos, independientemente de sus restricciones dietéticas, pudieran disfrutar de auténtica cocina italiana.
Según cuenta el diario aragondigital, lo que distingue a De Moretti es su compromiso con la calidad y la frescura, al contar con un obrador propio donde elaboran diariamente su pasta sin gluten, ofreciendo cuatro variedades: spaghetti, fettuccine, caserecce y gnocchi.
Cada tipo de pasta se recomienda con una salsa específica, creando combinaciones únicas como la "De Morretti", que incluye longaniza, tomatitos confitados, cebolla caramelizada y grana padano.
De esta manera, el menú de De Moretti va más allá de la pasta, incluyendo focaccias, tapas y aperitivos, todos ellos sin gluten y elaborados con ingredientes italianos auténticos.
Entre las opciones más destacadas se encuentran los arancino, unas croquetas de arroz rellenas de gana padano y gorgonzola, y los bigné de porchetta, unos buñuelos rellenos de porchetta asada, mascarpone y tomatitos confitados.
El interior del restaurante está diseñado para transportar a los comensales a las calles de Nápoles, con un ambiente informal y acogedor.
La zona de entrada, con mesas altas, evoca la sensación de estar en una calle italiana, mientras que el comedor del fondo ofrece una experiencia más reposada, simulando una terraza en una plaza italiana.
Uno de los aspectos más notables de De Moretti es su accesibilidad en términos de precio, ya que las raciones de pasta, todas de alta calidad y frescura, se ofrecen a menos de 10 euros y sus focaccias con un precio de entre 11 y 12 euros.
La apertura de De Moretti en Zaragoza no solo ha proporcionado un espacio seguro para los habitantes y visitantes celíacos de la ciudad, sino que también demuestra que la comida sin gluten puede ser deliciosa, auténtica y accesible para todos.
