Según muchos influencers, eliminar el gluten de la dieta podría ayudarnos a perder peso, comer más saludable o incluso mejorar nuestro rendimiento deportivo. De esta manera, no sorprenden demasiado que, con mensajes así, la industria de los alimentos sin gluten haya crecido notablemente en los últimos años, y lo que es casi seguro, se espera que esta tendencia continúe.
Sin embargo, la creencia de que estos productos son más saludables no siempre es correcta; y de hecho, según muchos nutricionistas, si no se padece un trastorno relacionado con el gluten, consumir alimentos sin gluten no solo no tiene influencia en la salud, sino que incluso podría ser perjudicial si no se lleva a cabo con el asesoramiento correcto.
Hay que recrodar que estamos ante una patología crónica y sistémica que afecta no solo al sistema digestivo, sino también al neurológico, endocrino, óseo y a la piel, entre otros, y afecta a individuos genéticamente predispuestos y cuyo único tratamiento es una dieta estricta sin gluten para toda la vida.
Uno de los mayores problemas de la enfermedad celíaca es su diagnóstico complejo, lo que da como resultado un alto número de casos no diagnosticados, de manera que si alguien comienza una dieta sin gluten por haber leído información errónea y luego decide consultar a un médico, podría obtener un falso negativo en el diagnóstico.
Por este motivo resulta crucial no autodiagnosticarse ni iniciar el tratamiento sin supervisión médica, ya que un diagnóstico tardío puede terminar en complicaciones adicionales.
Sin tener en cuenta estas observaciones, muchos influencers no solo eliminan el gluten de su dieta, sino que también recomiendan los restaurantes que visitan, sin conocer a cierta cierta si esos lugares son realmente seguros, e incluso si ellos mismos no presentan sintomatología al consumir gluten, algo que bien podría suponer un riesgo para las personas con enfermedad celíaca, que si dependen de una dieta estricta para tener una buena calidad de vida.
Por este motivo, destaca la labor de las asociaciones de pacientes como la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE), que desarrolla un programa de restauración colectiva para verificar las buenas prácticas en los restaurantes y asegurar que cumplen con la normativa.
Los expertos aseguran que una dieta sin gluten bien planificada no tiene por qué ser deficiente en nutrientes si se basa en alimentos no procesados como frutas, verduras, legumbres, lácteos, carnes y pescados, etc., siempre teniendo en cuenta los gustos y el estado de salud del paciente; sin embargo, alertan de que abusar de productos manufacturados sin gluten podría llegar a alterar los niveles de colesterol o triglicéridos en la sangre, aumentar el peso de manera excesiva y elevar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, así como de padecer síndrome metabólico.
Esto se debe a que estos productos suelen contener más grasas de baja calidad y azúcares simples, y menos fibra que sus versiones con gluten. Además, algunos fabrocantes utilizan la estrategia de formular productos más dulces y palatables para compensar la pérdida de la textura, ya que el gluten proporciona atributos positivos como esponjosidad, elasticidad y consistencia a los panes y masas horneadas.
Un estudio realizado en 23 países con más de 20.000 participantes reveló que las creencias sobre la salud influyen en gran medida en nuestros hábitos alimenticios, especialmente en las mujeres; y más en concreto, un informe reciente de la Academia Española de Nutrición y Dietética indicó que un 8 % de la población española sigue una dieta sin gluten, y de estos, un 72 % lo hace sin una causa justificada.
Esto significa que aproximadamente 2.700.000 personas en nuestro país eliminan el gluten de su dieta sin necesidad clínica; motivo por el que los expertos destacan la necesidad de identificar y no dar crédito a los bulos, teniendo en cuenta de que este tipo de información suele ser obsoleta, errónea e imprecisa, y ayuda a la población a formar opiniones sobre diversos temas, y el gluten no es una excepción.
Así las cosas, los expertos concluyen que adoptar dietas sin necesidad clínica, no solo es innecesario y potencialmente perjudicial, sino que también representa un sobrecoste económico y dificultades para la integración social. Todo esto bien podría hacernos llegar a la conclusión de que, antes de eliminar el gluten de nuestra vida, más vale asegurarse de tener la información correcta, y en caso necesario, consultardo con un profesional de la salud.