Algunos investigadores ya se habían preguntado por el poder de la mente sobre el efecto de los alimentos que consumimos. Ahora, un estudio publicado en una revista de The Lancet ha analizado qué ocurre si algunas personas intolerantes al gluten comen esta proteína en un pan de trigo, pero la realidad es que no contiene gluten.

 

Es decir, este estudio abre un debate sobre la pregunta ¿tendrá efectos secundarios propios de la intolerancia a pesar de no haber tomado gluten simplemente por creer que sí lo hacían?.

El trigo es uno de los alimentos básicos más importantes en el mundo occidental, al tiempo que los productos de trigo integral son una fuente importante de carbohidratos, fibras dietéticas, proteínas, vitaminas, minerales y fitoquímicos, y a nivel mundial proporcionan una importante contribución a la ingesta diaria de energía y a una dieta saludable.

Sin embargo, los productos derivados del trigo también pueden provocar efectos adversos de origen inmunitario, como en el caso de la enfermedad celíaca y la alergia al trigo; de manera que mientras a intolerancia al gluten es una afección que impide ingerir alimentos con dicha proteína por la reacción inmunitaria que genera, la celiaquía propicia que al tomar gluten se genere daño intestinal con síntomas como diarrea, fatiga, hinchazón y anemia.

Así las cosas, parece claro que el gluten genera malestar y síntomas estomacales a las personas que son intolerantes, pero ¿y si comemos algo con gluten y no lo sabemos? O por el lado contrario, ¿y si nos comemos algo sin gluten creyendo que lo contiene?

Lo más curioso de todo es que se pueden dar todos estos síntomas simplemente por creer que comemos gluten sin realmente comerlo, al menos según este estudio publicado en la prestigiosa revista The Lancet Gastroenterology & Hepatology, que demuestra que las personas que creían que estaban consumiendo pan con gluten en diferentes comidas, experimentaron síntomas como hinchazón, fatiga y dolor abdominal.

Este ejemplo demuestra el efecto nocebo, que se genera cuando creemos que tomamos algo cuando en realidad es otra cosa. De esta manera, la literatura está repleta de ejemplos de situaciones en las que la mente es la que desencadena los síntomas, para bien y para mal; de manera que basta con visualizar una pesadilla que nuestro cuerpo toma como real, pero no lo es, para elevar el pulso y disparar la sudoración.

Esto no quiere decir que comas trigo y derivados del mismo porque tu celiaquía es fruto de mente; aunque esta investigación sí muestra que la mala prensa de los alimentos con gluten con corrientes que recomiendan eliminarlo de la dieta, puede en sí mismo hacernos sentir malestar al tomarlo.

De esta manera, pseudociencias como la homeopatía pueden hacer que mejores una enfermedad por hacer creer a tu cuerpo que está tomando el remedio que la eliminará.

Aunque se trata de un asunto muy complejo y sensible, que incluye casos como la curación del cáncer con tratamiento alternativo de dudosa calidad, siempre podrá ser que quien no haya sido diagnosticado con celiaquía y haya dejado de comer trigo porque cree que le sienta mal, puede ser que, ya sea poco o mucho, sea por fruto del efecto nocebo.

La conclusión es que la mente es tremendamente poderosa,algo que se demuestra en muchos ejemplos, por lo que siempre hay que andar con pies de plomo, ya que se puede encontrar "de todo".

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