El colesterol y la diabetes son dos problemas de salud estrechamente relacionados entre si y que afectan a una parte importante de la población. Ahora se ha sabido que la quinoa, un cereal especialmente indicado para los celíados al no contener gluten, tiene un índice glucémico bajo, lo que implica que libera energía de manera gradual y no causa picos de azúcar en sangre.
El colesterol es una sustancia grasa presente en el organismo esencial para diversas funciones corporales; sin embargo, sus niveles elevados pueden ser perjudiciales. Existen dos tipos principales de colesterol: el LDL, conocido como "colesterol malo", y el HDL, conocido como "colesterol bueno". Un exceso de colesterol LDL puede llevar a la acumulación de placas en las arterias, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
La diabetes, por otro lado, es una enfermedad crónica que afecta la capacidad del cuerpo para regular los niveles de azúcar en sangre. En España, tanto la diabetes tipo 1 como la tipo 2 son prevalentes, con un aumento notable en los casos de diabetes tipo 2, que está estrechamente relacionada con el estilo de vida y la obesidad.
Para luchar contra estos problemas, la quinoa, una semilla comestible originaria de América del Sur, cultivada desde hace aproximadamente 5 mil años y que es un cereal bñásico en la dieta de los celíacos, al no contener gluten, se ha convertido en un buen aliado. Disponible en variedades blanca, negra y roja, al cocinarse adquiere una textura suave y un ligero sabor a nuez, siendo una excelente fuente de proteínas y fibra, que además contiene magnesio, vitamina B, hierro, potasio, calcio, fósforo, vitamina E y antioxidantes.
En 2013, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el Año Internacional de la Quinoa para destacar el potencial de este alimento, que además de muy versátil al poder ser utilizado en diversas recetas, es adecuado para personas que desean perder peso, diabéticos, vegetarianos, ancianos y deportistas.
Entre los beneficios de la quinoa destaca que tiene un índice glucémico bajo, lo que implica que libera energía de manera gradual y no causa picos de azúcar en sangre, por lo que su consumo regular contribuye a mantener los niveles de glucosa estables en el organismo, algo beneficioso para las personas con diabetes. Además, cuando se incluye en una dieta equilibrada, puede contribuir a la regulación de los triglicéridos, gracias a su contenido de fitoesteroles y omegas 3 y 6.
Por otra parte, las proteínas presentes en este cereal pueden mejorar la capacidad de los ácidos biliares en el estómago para absorber las grasas del cuerpo de manera más eficiente. En este sentido, una investigación publicada en la revista Plant Foods for Human Nutrition reveló que las ratas alimentadas con una dieta rica en fructosa y quinoa experimentaron una reducción del 57 % en su colesterol LDL.
Por último, gracias a su alto contenido de hierro, la quinoa puede ayudar a disminuir el riesgo de anemia ferropénica, una condición causada por la falta de este mineral en el cuerpo, que es crucial para la producción de glóbulos rojos.