El Mercado Asturiano y Ecológico regresó a Avilés con una nueva edición en el que se mezclaron artesanía, gastronomía y actividades, y donde cada puesto fue una invitación a reconectar con lo auténtico, lo hecho con calma y con valores. En esta edicion, triunfó una actividad especial denominada En Ruta con Celi por la Senda sin Gluten en el Mercado, especialmente dedicada al colectivo celíaco.
Desde joyería hasta cuero, desde cerámica hasta textil, cada artesano llevó a este popular mercado su universo, su historia y su oficio. Y si hablamos de sabores, el mercado ecológico estuvo cargado de productos tradicionales y ecológicos, tales como quesos, embutidos, empanadas, café, dulces, chocolate, miel, verdura… llevados allí por pequeños productores que cultivan, crían y transforman defendiendo la tierra y la calidad en cada paso del proceso.
Eso si, como actividad especial en esta edición destacó la denominada En Ruta con Celi por la Senda sin Gluten en el Mercado. Celi, es una simpática espiga de trigo vestida de montañera y rodeada del símbolo de prohibido, que fue la guía en esta senda.
A través de su imagen, fácil de identificar para todas las edades, se señalizaron los puestos del mercado que ofrecían productos seguros y aptos para personas celíacas, ofreciendo una experiencia sin preocupaciones, con productos aptos claramente señalizados y la presencia de un obrador especializado dedicado a la elaboración sin gluten ni trazas.
Esta especial “Ruta sin gluten” incluyó quesos, embutidos, miel, huerta, vino, conservas, mermeladas y dulces sin trazas, para que cualquier visitante pudiera comprar con confianza.
Este año, el obrador El Ciarru, de Lugo de Llanera, ofreció sus productos de horno libres de gluten elaboradas en entorno seguro, en una iniciativa que nació del contacto con Eugenia (@asturceliaca) y Davinia (@singlutenenlaboca), activistas comprometidas con la visibilización y seguridad alimentaria.
Con esta iniciativa se celebró que la Red Avilés Sin Gluten, impulsada por Eugenia y Pilar Zurdo, que nació con el apoyo del Ayuntamiento, estuvo en un mercado en el que cupieron las diferencias alimentarias.
De esta manera, el mercado abrió un paréntesis para reflexionar a través de diferentes actividades sobre lo que significa acoger, compartir y construir juntos un entorno más justo y humano, o lo que es lo mismo, un espacio para conectar con otras realidades, para pensar desde lo cotidiano en la construcción de una sociedad que cuida a todas las personas sin dejar a nadie fuera.
