El obrador sin gluten Verna es un proyecto tras el que se encuentra una pareja que decidió dar un giro de 180 grados a su vida en todos los aspectos... y no es solo, sino que además es la materialización del sueño de Vero, la artesana que diseña sus recetas de pan “para celiacos pero, también, para todo el resto de la familia” y amasa con cariño las más de 120 hogazas que salen cada semana de su horno.

 

Así las cosas, la historia de este obrador es también es la historia de dos personas que decidieron dejar atrás Madrid y aparcar unas vidas profesionales, que nada tienen que ver con la panadería, para hacer de Asturias parte de la identidad de sus elaboraciones.

Cuando todavía vivía en Madrid, Vero, alma matter del obrador sin gluten Verna, comenzó a elaborar su propio pan para cuidar más de su alimentación y, de paso, de su salud. La llegada del confinamiento se convirtió en el empujón definitivo para formarse en la panadería convencional de manera profesional y, también, para decidir emprender su negocio desde un escenario distinto al asfalto de Madrid.

Aunque por definición Verna es un obrador sin gluten, sus panes van mucho más allá de esa etiqueta, ya que cada uno de ellos es un ejemplo del respeto a la tradición artesana de la panadería, ya que no solo se cuidan los procesos naturales de elaboración sino que, además, cada una de sus recetas cuenta con ingredientes ecológicos certificados, de carácter integral y con al menos un 80 % de grano natural entero.

Según explican los emprendedores en el diario digital local El Fielato, ellos elaboran un producto mimado y cuidado con 24 horas de fermentación que, cada semana, se envía a puntos tan distantes de nuestra geografía como Madrid, Euskadi o Galicia.

Su coherencia en la manera de entender la panadería artesanal hace que sus elaboraciones mantengan la frescura durante una semana y cuenten en su receta, cuando es posible, con productos de kilómetro cero.

En este sentido, Vero ha explicado que “el pan es clave a nivel cultural y nutricional”, para añadir que “para nuestro obrador es fundamental romper con esa degradación que ha sufrido desde los años 80 para que ese alimento imprescindible en cualquier casa sea rico, alimente y, además, cuide de nuestra salud”.

Y, aunque tratándose de un obrador sin gluten on-line se podría pensar que el cliente es joven, el caso es que no es exactamente así, de forma que según ha contado Vero, “nuestro pan ha permitido a personas de 60, 70 años diagnosticadas con celiaquía volver a comer un pan de calidad y rico, pero no solo a ellos sino también al resto de personas de un hogar”.

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