María Martínez Sedes ya tenía pensado montar su negocio de comida casera, Casa Sedes, antes de de la pandemia, pero el confinamiento hizo que tuviese que retrasar la apertura de lo que hoy ya es un punto de referencia de comida sin gluten para llevar en la localidad gallega de Ferrol.
En una época marcada por la prisa en la que cada vez tenemos menos tiempo para la cocina, especialmente en los platos cocinados a fuego lento, como la fabada o el caldo, María ha encontrado un estupendo nicho de mercado. En este sentido, ha admintido que «a mí siempre me ha gustado cocinar e invitar a gente a comer a mi casa, soy una buena anfitriona, me encanta hacer postres y por eso me planteé montar algo donde la gente pudiese comer lo mismo que cocinamos en nuestra casa».
Algo por lo que destaca esta casa de comida para llevar, es que se puede pedir cualquier tipo de menú adaptado a los celíacos, para lo que disponen del sello de la Asociación de Celíacos de Galicia, que se encarga de certificar que no haya contaminación cruzada.
De esta manera, el alma de Casa Sedes pasa por dar de comer cada día como en casa de nuestra madre, lo que a día de hoy es todo un lujo. María comenzó sola y hoy son cuatro personas más trabajando, los pedidos han aumentado y ha quedado más que demostrado que la gente quiere comer sano.
Los platos de cuchara tienen mucha aceptación entre las personas más mayores del barrio, pero también entre gente más joven; y ahora disponen del menú de la semana que se puede elegir de lunes a viernes: «a la gente le está gustando mucho esta opción porque se lo acercamos a casa o al trabajo y pueden elegir entre distintos platos. Por eso siempre vamos cambiando para que el menú sea variado», comenta esta emprendedora.
En Casa Sedes ofrecen opciones que cambian según lo requiere el tiempo, de forma que en verano tienen platos más fresquitos, como los bocatas enormes en pan de Joane y el salmorejo. Pero también hay también la opciones como una mariscada de fin de semana con una pieza a elegir de buey, bogavante o centolla acompañada de nécoras y cigalas.
Por si fuera pocas las opciones de variedad de cuchara y de plato, tienen también empanadas de fabricación propia que están mortales, una especialmente rica es la de zamburiñas, aunque ninguna tiene pérdida.
María solo desea poder continuar muchos años con tan buena clientela, y entre ella muchos consumidores celíacos, y con muchas más recetas ricas para todos los que quieran seguir comiendo la comida de toda la vida.