Barcelona acaba de estrenar un nuevo establecimiento que está llamado a convertirse en el nuevo paraíso de los celíacos. Se trata de la Churreria Can Vernet, especializada en churros y chocolate sin gluten, que hasta la fecha es el único comercio de Cataluña que dispone de productos sin gluten acreditados y artesanos.
Y es que los productos comercializados por este establecimiento cuentan con el certificado de la Asociación Celíacos de Cataluña, algo de lo que está especialmente orgulloso su propietario, Albert Vernet, que lleva 20 años trabajando como churrero y ha sido copropietario o propietario de otras churrerías.
Vernet ha explicado que es alérgico a los frutos secos y al aceite de oliva virgen de molino, algo que le priva de disfrutar de muchas comidas o de conocer nuevos restaurantes, porque no tiene garantizado que los platos no lleven ninguno de estos productos. "No te puedes arriesgar", lamenta el churrero, que reconoce que los churros no son "un alimento necesario", pero son esos pequeños placeres que los celíacos casi nunca pueden permitirse.
Para garantizar que los productos de Can Vernet sean sin gluten, su propietario se ha hecho con el certificado de la Asociación Celíacos de Cataluña, que cada año realiza una revisión para asegurarse de que se cumple el protocolo.
Para conseguir este objetivo, Vernet utiliza harinas especiales para hacer sus churros y, como también los hace con gluten, para evitar "la contaminación cruzada", dispone de dos cocinas, dos obradores, dos freidoras y herramientas separadas para cada proceso.
Para diferenciar los churros que llevan gluten de los que no lo llevan, Vernet da forma de lazo a los churros que no llevan gluten; pero es que además no sólo hacen los churros tradicionales, sino que también los hacen bañados en chocolate sin gluten (negro o blanco), chuchos y rellenos.
Para acompañar, elabora chocolate caliente sin gluten, de avena o sin lactosa, algo que le permite observar que las personas celíacas le "agradecen" que haga churros sin gluten, lo cual se convierte en la mayor satisfacción para este emprendedor, que lo único que quiere es que la gente "venga y se vaya contenta".
Albert Vernet tuvo la oportunidad de instalarse en el local de una churrería emblemática en el barrio y no tiene pensado desperdiciarla. Ahora, las personas celíacas también pueden disfrutar de unos churros recién hechos, crujientes y acompañados de chocolate caliente, y todo ello sin gluten.