Los productos para celíacos son un 127 % más caros, según un estudio elaborado por la asociación de consumidores y amas de casa Tyrius, que ha comparado 25 productos presentes en la cesta de la compra de cualquier persona consumidora y de una persona celíaca.
Según este estudio, los productos en los que mayor diferencia de precio hay entre los específicos para celíacos y los que pueda consumir una persona sin este tipo de intolerancia se corresponde con las harinas y la pasta. Así, al adquirir un kilo de espaguetis para celíacos se paga cinco veces más, que comprando un kilo de espaguetis de marca. Lo mismo sucede con los fideos para celíacos, que resultan cinco veces más caros que los fabricados con sémola de trigo.
El precio de las bases de pizza también es sensiblemente mayor, pues las sin gluten cuestan cuatro veces más. La bollería y las galletas también son más caros para celíacos, ya que tienen que utilizar harinas distintas a las de trigo. Así, comprar un paquete de galletas María sin gluten resulta casi cuatro veces más caro, que las tradicionales. Lo mismo ocurre en el caso de las magdalenas, que pueden resultar tres o cuatro veces más costosas que las se pueden adquirir en un supermercado.
En el caso de los cereales para celíacos, el precio por kilo suele ser entre dos y tres veces más caro, respecto a la misma variedad. El precio de las pastillas de chocolate y de las golosinas, por su parte, también se duplica cuando no contienen gluten. El pan es otro de los alimentos dónde más se aprecia las diferencias de precio, ya que el coste de una barra de pan se multiplica por tres. Lo mismo ocurre en el caso del pan de molde para celíacos que resulta tres veces más caro que uno convencional.
Sin embargo, en los snacks y los productos de pastelería dulce o salada, las diferencias de precio son mucho más pequeñas.
Tyrius ha destacado, en esta época de comuniones, el "difícil acceso" a formas para niños celíacos. Además, ha advertido de que a pesar de que algunos fabricantes indican en el etiquetado "sin gluten", deben seguir haciendo hincapié en el tipo de almidones modificados o espesantes presentes en mermeladas, tomate frito, jamón york, cacao en polvo, yogur de sabores, salsas, quesos en crema, platos preconizados o embutidos.