El trigo ha pasado de ser la estrella a competir con otros cereales, y no solo entre los consumidores celíacos, y está dejando paso al arroz, un producto tan popular en nuestra gastronomía como desconocida era, hasta hace poco, la pasta que se elabora con él y con la que se elaboran los populares fideos de arroz, originarios del continente asiático, que han ido ganando terreno en el mundo occidental.

El caso es que podría decirse que este producto ha supuesto una especie de salvación para las personas que padecen celiaquía, ya que les permite consumir un producto similar a los espaguetis, pero absolutamente aptos para ellos, debido a su condición de gluten free.

Estos fideos de arroz, elaborados a base de pasta o harina de arroz, son muy conocidos bajo el término noodles que nos transporta directamente a la cocina asiática, donde este tipo de pasta es parte fundamental del recetario de países orientales como China, Tailandia, Vietnam, Filipinas o Japón.

Se trata de una pasta apta para celíacos que posee además numerosas propiedades gracias a su riqueza en nutrientes y en aminoácidos esenciales, además de ser rica en carbohidratos, con un bajo aporte de proteína y de fibra, lo que hace que sea recomendable complementar su ingesta con otros alimentos que si sean fuente de ello.

Los fideos de arroz son naturalmente bajos en grasas, lo que hace de ellos una buena opción para personas que buscan reducir su ingesta de grasas saturadas y colesterol.

En cualquier caso, y como consecuencia de la popularización de su consumo y venta, existen diversos tipos de pastas de arroz, por lo que es recomendable revisar la etiqueta de valor nutricional antes de seleccionar el producto; y esta etiqueta del envase debe guiarnos para saber cuál es el modo de cocción recomendado por el fabricante.

En líneas generales, la pasta de arroz cuenta con un tiempo de cocción rápido respecto a otras variedades, de forma que tres o cuatro minutos pueden ser suficientes, pero que requiere cierto cuidado, ya que su carácter delicado y muy pegajoso, obliga a estar atentos durante el tiempo de cocinado y removiendo con frecuencia y constancia para evitar que se peguen y conseguir que queden sueltos.

Una vez pasado ese tiempo y retirados del agua hirviendo, es recomendable remojarlos con agua fría y escurrirlos.

Así las cosas, estamos ante un alimento muy versátil y combinable con todo tipo de productos, ya sean carnes, pescados, mariscos, verduras…etc.; de hecho, lo más común es comerlos en forma de plato combinado y mezclándolos con diferentes productos o salsas.