El diagnóstico temprano de los pacientes celíacos es fundamental para evitar complicaciones y otras patologías asociadas con la oncología intestinal, además de servir para mejorar la calidad de vida los pacientes celíacos.
Se trata de una de las conclusiones aportadas por Marta García Collía, especialista en Análisis Clínicos y Bioquímica Clínica, del Consejo General de Farmacéuticos (Cgcof), que acaba de publicar el documento técnico Diagnóstico de la enfermedad celíaca, en el que se indica que se calcula que hasta un 85 % de los pacientes con enfermedad celíaca, sobre todo los que padecen formas atípicas y latentes, están sin diagnosticar.
Según ha destacado en este sentido García Collía, “una enfermedad celíaca no diagnosticada puede incluso aumentar la posibilidad de padecer algunos tipos de cáncer intestinal”.
El documento técnico ha sido elaborado por García Collía e Inmaculada Alarcón Torres, especialista en Análisis Clínicos e inmunología Clínica, y el mismo se desvela además que la enfermedad celíaca es una enfermedad autoinmune sistémica con múltiples manifestaciones, tanto digestivas como extradigestivas e incluso puede cursar sin síntomas, lo que dificulta el diagnóstico.
Por ello, debido a la dificultad para realizar el diagnóstico estiman que hay un elevado porcentaje de casos no diagnosticados. De esta manera, la presentación clásica de la enfermedad con malabsorción y diarreas es en realidad poco frecuente y, generalmente, se presenta con multitud de síntomas diversos inespecíficos.
Otra razón por la cual esta enfermedad está infradiagnosticada, es debido a que algunos de sus síntomas son similares a los que presentan otras enfermedades, y puede ser confundida con ellas, tales como, el síndrome de intestino irritable, anemia por déficit de hierro por causas diversas, la enfermedad inflamatoria intestinal, diverticulitis, o síndrome de fatiga crónica.
Como resultado de estas situaciones, la enfermedad celíaca ha sido hasta día de hoy, infradiagnosticada o mal diagnosticada, y además apenas se conoce el hecho de que los padres, hermanos e hijos de un enfermo celíaco tienen entre un 10-20 % de posibilidades de padecer la enfermedad, aunque no tengan síntomas aparentes
Según el informe, el conocimiento de los grupos de riesgo es muy importante, ya que la probabilidad de padecer una enfermedad celíaca aumenta mucho en estos grupos de riesgo. Además, aquellos pacientes con enfermedades asociadas a la enfermedad celíaca, entre ellas se consideran las enfermedades autoinmunes e inmunopatías, podrían causar algunos trastornos neurológicos y psiquiátricos, como síndrome cerebeloso, epilepsia, esquizofrenia, o neuropatía periférica o ataxia, y otras enfermedades concretas como son el síndrome de Down, síndrome de Turner, o de Williams.
La mejor estrategia que seguir desde la oficina de farmacia para mejorar la tasa de diagnóstico de celiaquía, es el consejo farmacéutico y la búsqueda de casos entre aquellos pacientes que presentan síntomas sospechosos. Sobre todo y muy en especial, en los pacientes incluidos en los grupos de riesgo, aconsejando la posibilidad de realizarse los estudios serológicos de cribado en todas aquellas personas y pacientes que pertenezcan a alguno de estos grupos de riesgo reconocidos las personas de grupos de riesgo.
De esta manera, se aconseja que estas personas que son grupo de riesgo sigan un control analítico de anticuerpos anti-transglutaminasa (Anti-tTG) en sangre de manera periódica cada 2-3 años, aunque no presenten síntomas.
Como en todas las patologías el diagnóstico temprano es fundamental, en este caso para evitar complicaciones y otras patologías asociadas a esta enfermedad; además de servir para mejorar la calidad de vida de los pacientes celiacos.
Así las cosas, el informe defiende que es muy importante realizar la monitorización de los pacientes celíacos para el control del correcto cumplimiento de la dieta sin gluten y la posible aparición de enfermedades asociadas, aunque actualmente no es necesario realizar pruebas de provocación ni repetición de la biopsia para confirmar el diagnóstico, ni para el seguimiento de la enfermedad.
También es importante realizar la monitorización de los pacientes celíacos para el control del correcto cumplimiento de la dieta sin gluten, ya que actualmente algunos pacientes suprimen la ingesta de gluten, por voluntad propia, sin haber una confirmación del diagnóstico, lo que puede dar lugar a resultados falsamente negativos. Por ello, el documento explica que desde la oficina de farmacia, si el paciente tiene una elevada probabilidad clínica o pertenece a los grupos de riesgo, se deberá aconsejar derivar al paciente al especialista antes de iniciar la dieta sin gluten.
Las Oficinas de Farmacia que dispongan de sección de Laboratorio de Análisis Clínicos, y por tanto con un especialista al frente del mismo, son las únicas autorizadas a realizar estas técnicas, si estuvieran incluidas en su cartera de servicios, ya que son técnicas complejas que no están al alcance de todos los laboratorios.
Por último, el estudio concluye que cada día hay más relación entre los profesionales de los centros de salud y de las oficinas de farmacia, de forma que el apoyo, vigilancia y orientación que el farmacéutico comunitario pueda realizar en relación al diagnóstico precoz, dieta y seguimiento de estos pacientes, es muy importante en los pacientes con celiaquía.