Dolor de barriga, distensión abdominal, alteración del ritmo intestinal o meteorismo son algunos de los síntomas más frecuente del colon irritable, un trastorno funcional digestivo, sin causa orgánica ni bioquímica claramente conocida, que se caracteriza clínicamente por la asociación de dolor/molestia abdominal y alteraciones en el hábito deposicional.
Quienes lo sufren ven muy afectada su calidad de vida, ya que a veces les impide acudir a eventos sociales, salir por trabajo o viajar; y se calcula que entre el 2,3 % y el 12 % de la población padece de este síndrome.
Durante muchos años se ha considerado que el síndrome del intestino irritable (SII) y la enfermedad celíaca eran dos enfermedades completamente distintas, y mientras la segunda era relacionada con una intolerancia a la ingesta de gluten, la primera no parecía tener ninguna relación con este.
Sin embargo, según el doctor Fermín Mearin, director del Servicio de Aparato Digestivo del Centro Médico Teknon, existe un grupo de enfermos que, sin tener celiaquía, padece sensibilidad al gluten con manifestaciones digestivas parecidas al síndrome del intestino irritable, y en este setido ha afirmado que “se trata la causa más habitual de consulta al médico de cabecera por dolor intestinal, y el diagnóstico más habitual en pacientes enviados al gastroenterólogo”, al tiempo que añadía que “la enfermedad celíaca (EC) o celiaquía,es una enfermedad inflamatoria crónica del intestino delgado que se caracteriza por una respuesta inmunológica alterada al gluten de la dieta, contenido cereales y sus derivados, que se desarrolla en personas genéticamente predispuestas”.
Los daños pueden ser desde leves, hasta una destrucción importante de la mucosa intestinal; sin embargo, son reversibles cuando se elimina el gluten de la dieta. En cualquier caso, las alteraciones vuelven a aparecer si la persona vuelve a ingerir gluten.
De este modo, los síntomas del SII y la enfermedad celíaca pueden ser indistinguibles, en especial cuando predominan la diarrea, la hinchazón o el dolor abdominal. Así, la enfermedad celíaca puede producir dolor abdominal (77 %), hinchazón (73 %), diarrea (52 %), estreñimiento (7 %) o un patrón alternante (diarrea/estreñimiento) en las deposiciones (24 %), todos ellos síntomas considerados en el diagnóstico de SII.
Esta coincidencia de síntomas explica, al menos en parte, que el tiempo medio hasta el diagnóstico del enfermedad celíaca sea de 12 meses, y que en más del 20 % de los casos transcurra 10 años antes de establecer la sospecha diagnóstica y realizar las pruebas necesarias.
Según el doctor Merain, “la enfermedad celíaca es más fácil de diagnosticar, con pruebas serológicas y, en caso positivo, biopsia duodenal en pacientes con SII que no padezcan estreñimiento. La historia clínica proporciona, también, información de gran valor”, y una vez descartada la celiaquía, hay que centrarse en el SII, que solo puede detectarse por sus síntomas y la exclusión de otras enfermedades similares.