Los saharauis cuentan con la tasa de celiaquía más alta del mundo, motivo por el que siendo una enfermedad que solo se trata con la dieta, y ante la situación de pobreza de la mayoría de sus ciudadanos, muchos tienen que elegir entre pasar hambre, encontrarse mal o comer solo arroz, algo que los especialistas en nutrición desaconsejan.

 

Según se explica en un amplio reportaje de la Cadena SER, la periodista de RTVE Ebbaba Hameida explica que nació en "en el desierto de los desiertos" y que, desde muy pequeña, estuvo "muy malita", al tiempo que recuerda que siempre tenía la tripa muy hinchada, diarrea crónica, dolor... síntomas que coinciden con algunos de los más habituales de la celiaquía.

En este sentido, la periodista ha declarado que "en los campamentos se vive de la ayuda humanitaria. Es un territorio desértico. Pero yo siempre digo que la celiaquía me salvó. Lo digo desde el privilegio, pero fue una suerte ser celiaca. En Italia estuve con una familia de acogida que me hacía todo sin gluten y fui muy feliz comiendo. Me hacían pasta, pizza, tiramisú".

La prevalencia de celiaquía entre el pueblo saharaui ronda el 6 %, la más alta del mundo, teniendo en cuenta que la dieta habitual en ese territorio está muy basada en el trigo, ya sea en forma del pan con el que mojan cualquier caldo, o de cuscús. "Mis primas celiacas no pueden seguir la dieta sin gluten porque es insostenible", explica Hameida, que ha añadido que "si eres celíaco en un campo de refugiados, tienes que elegir entre el hambre y saciar el hambre, así que comen pan. Mi tía mayor, por ejemplo, sufre muchas hinchazones y me suele decir que no sabe qué le pasa, que siempre está enferma. Pero yo le digo que es celiaca. ¡Eso es lo que le pasa! El problema es que no hay otra alternativa".

Mohamed Salem, que recibió parte de su formación en la Universidad de Jaén y que trabaja como enfermero en los campos de refugiados de Tinduf, ha señalado a la Cadena SER que buena parte de esa alta de prevalencia de la celiaquía en su pueblo se debe a la consanguineidad de sus padres y abuelos, pero también a que la alimentación se basa mucho en la harina, "porque vivimos de la ayuda humanitaria, e incluso el hecho de que se introduzca en la dieta de los bebés antes de que lleguen a los 6 meses".

La importancia del componente genético salta a la vista ante familias en las que conviven tres o cuatro niños celiacos, una situación con la que Salem tiene que lidiar con impotencia a menudo, y que le lleva a reconocer que "yo sé lo que necesitan esos niños, pero a veces tenemos alguna galleta con gluten y no un recambio para los celiacos. Ni una triste galleta sin gluten o un yogur", un lamento que repite tras más de 20 años viajando a los campos de refugiados para ayudar a los celíacos saharauis.

En este sentido, Salem ha explicado que "nuestra idea surgió porque venían muchos niños de vacaciones a Extremadura y empezamos a ver que algunos venían con anemia, con la tripa hinchada... y se diagnosticó a varios celiacos", para añadir que, "claro, luego pensamos que había que mandarles producto sin gluten a los campamentos... y empezamos a buscar familias de acogida en las que ya hubiera niños celiacos para evitar que los saharauis tuvieran la sensación de que a ellos se les daba una comida distinta".

La realidad esque los niños celíacos se recuperaban en España, pero en los campamentos vuelven a enfermar, por lo que poco a poco empezaron a viajar a Tinduf con asiduidad para diagnosticar in situ e impulsar y programas educativos.

Fue allí donde coincidieron con un pediatra italiano que demostró que más del 5 % de los saharauis es celíaco, y donde cada organización ayuda como puede con harina sin gluten, con asistencia médica, con talleres, llevando a técnicos de laboratorio...

Sin embargo, la pandemia y la situación política complicaron los cauces de la cooperación y han tenido que acabar cerrándola por falta de fondos. Ahora se lamentan de que "seguimos ayudando gracias a la colaboración otras ONG, como Oxfam o Cruz Roja. Pero la verdad es que estamos cada vez más desmotivados porque el último año ha sido muy difícil".

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