La harina de amaranto destaca por no contener gluten, y es que, aunque en principio lo pueda parecer, el amaranto no es un cereal, sino una planta herbácea que puede alcanzar hasta los casi tres metros de altura.
El nombre de amaranto proviene del griego para "inmortal" o "eterno", un nombre que le fue dado por la resistencia de sus semillas contra cualquier adversidad, y es conocida desde hace milenios en América, donde siempre ha sido muy popular, hasta el punto de que las civilizaciones precolombinas ya la incluían en su dieta.
La harina de esta planta herbácea se produce moliendo las semillas hasta obtener un polvo fino, similar a otras harinas, aunque destaca por su color beige.
El amaranto no solo proporciona proteínas de alta calidad, sino que también contiene muchos otros nutrientes saludables. Además de una buena proporción de calcio, el aminoácido lisina ayuda a absorberlo adecuadamente del tracto digestivo, es rica en ácidos grasos, e incluye tocotrienol, una forma potente de vitamina E, y tiene aproximadamente cinco veces más hierro y tres veces más fibra que la harina de trigo.
También contiene otros micronutrientes, como el potasio, el fósforo y vitaminas A y C, con los cuales no es extraño que esta harina pueda aportar interesantes propiedades para mantener nuestro organismo en buen estado. Además, incluye compuestos fenólicos, que son un tipo de fitoquímicos que se encuentran en las plantas, y posee unas potentes propiedades antioxidantes que ayudan al cuerpo a combatir contra los radicales libres, unas sustancias que reaccionan con las células del cuerpo.
Por otra parte, la harina de amaranto es una excelente fuente de proteínas de alta calidad, fibra dietética y minerales, todos ellos muy útiles para luchar contra la hipertensión, destacando los péptidos, una proteína compuesta por una cadena corta de aminoácidos que tienen actividad antihipertensiva.
La mayor parte de la fibra en este grano antiguo es fira insoluble, y acelera el movimiento de los alimentos a través del tracto digestivo agregando volumen a las heces, lo que se traduce en que se consigue mejorar la digestión y la salud en general, ayudando a prevenir el estreñimiento.
Se trata por tanto de una excelente opción para elaborar productos sin gluten y sin renunciar a su alto contenido de proteínas, ya que a diferencia de otros cereales, y aunque no alcanza el nivel del tofu o de las legumbres, el amaranto aporta todos los aminoácidos esenciales, por lo que es una proteína completa. Por este motivo, para aquellas personas que siguen una dieta vegana, la harina de amaranto es también una excelente opción.