La adolescencia es una etapa de la vida delicada en el desarrollo personal, y es esta realidad la que ha llevado a la Asociación de Celíacos de Cataluña a alertar sobre los riesgos psicosociales que corren los niños que sufren celiaquía cuando llega la este período a causa de la exclusión, incomprensión y, a veces, incluso soledad y aislamiento que puede llegar a comportarles el hecho de tener que seguir una dieta sin gluten a la hora de salir y compartir celebraciones con sus amigos.
Este asunto fue uno de los abordadod en el VII Simposio sobre Celiaquía y Dieta sin gluten, celebrado recientemente en Barcelona, en el que también se compartieron los resultados de los últimos estudios relacionados con la celiaquía.
En el marco de este evento, esta entidad ha compartido el testimonio de tres jóvenes que explican cómo, al ser celíacos, altera la normalidad de su vida; y mientras una chica confiesa, con tristeza, que sus amigos dicen que es un palo ir a cenar con ella, porque tarda mucho en pedir; otro adolescente admite que ahora tiene pareja y que "no está seguro de poder darle besos según lo que ella haya comido", al tiempo que un tercer joven asegura sentir rabia "porque no puedo comer una pizza o una hamburguesa, como mis amigos, cuando salimos de noche".
Así las cosas, la psicóloga Gentzane Carbajo ha considerado que el acompañamiento es la clave para solucionar estas situaciones, detallando que "si hemos acompañado, hemos educado, hemos generado un vínculo y nuestros hijos e hijas encuentran en nosotros una red de protección, las situaciones que la adolescencia y la celiaquía pueden generar, tendrán menor impacto emocional".
Por otra parte, la asociación asegura que, todavía hoy, existe un enorme infradiagnóstico de la celiaquía, cifrándolo en un 75 %; y para poner solución, piden que las autoridades sanitarias del Estado implementen una medida impulsada recientemente en Italia, que hará pruebas de detección de celiaquía a la población pediátrica y adolescente, cuyo coste será costeado por la sanidad pública.
En este sentido, José Molina, presidente de la entidad, ha considerado que "Italia marca el estándar que deberíamos seguir el resto de países europeos" y ha apuntado que hay que luchar por conseguir "un diagnóstico y tratamiento precoz de la enfermedad celíaca, evitando complicaciones más graves por la salud a largo plazo".