Los pacientes con celiaquía e intolerancia al gluten podrían tener un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, respiratorias o cáncer, con el agravante de que el riesgo de muerte prematura podría también ser mayor en ellos, según ha desvelado un nuevo estudio publicado en la revista JAMA y firmado por un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia, de Estados Unidos, y el Instituto Karolinska de Suecia.
En estudios anteriores ya se había demostrado un ligero incremento del riesgo de muerte prematura en los pacientes con enfermedad celíaca; sin embargo, las mejoras en diagnóstico precoz permiten en la actualidad detectar casos más leves de celiaquía con mayor celeridad, por lo que los investigadores se han planteado la hipótesis de que no tendría por qué aumentar el riesgo de muerte.
Además, el hecho de que cada vez sea más fácil conseguir alimentos sin gluten en comparación a hace solo algunos años, vendría a corroborar esta afirmación.
Para comprobarlo, los investigadores responsables utilizaron datos a nivel nacional de los departamentos de patología de Suecia, examinando a casi 50.000 pacientes con enfermedad celíaca y su riesgo de muerte.
En comparación a los casos control, la mortalidad en las personas con enfermedad celíaca fue hasta un 21 % mayor, un aumento de riesgo de muerte que se objetiva en cualquier grupo de edad, pero que parece ser mayor en el rango de 18 a 39 años.
Según ha explicado Benjamin Lebwohl, director de Investigación Clínica en el Centro de Enfermedades Celíacas de la Universidad de Columbia y primer autor del estudio, la enfermedad celíaca puede causar una serie de complicaciones a largo plazo que pueden afectar a la esperanza de vida. Sin embargo, en el momento actual, con mayor conciencia de la enfermedad a nivel global y con un acceso más fácil a los alimentos, este aumento de mortalidad debería ser poco significativo.
En comparación con los casos control, el riesgo de mortalidad era mayor durante el primer año tras el diagnóstico, pero dicho aumento de riesgo permanecería incluso más de 10 años después de dicho diagnóstico. Incluso entre los casos diagnosticados más recientemente, entre los años 2010 y 2017, y también teniendo en cuenta otros factores como nivel socioeconómico y comorbilidades. Aún así, el aumento de riesgo de mortalidad seguía apareciendo en el estudio.
Por su parte, Jonas F. Ludvigsson, pediatra del Hospital de la Universidad de Örebro y profesor de epidemiología clínica en el Departamento de Epidemiología Médica y Bioestadística del Instituto Karolinska, ha defendido que la enfermedad celíaca se caracteriza por la inflamación, un síntoma que empeora la salud general y, por tanto, aumenta el riesgo de sufrir otras enfermedades asociadas.
Además, el hecho de que los riesgos sean más elevados durante el primer año de seguimiento tendría varias explicaciones para, como que la inflamación intestinal suele ser más intensa alrededor del momento del diagnóstico, y antes de que una dieta sin gluten haya tenido efecto curativo; o que el diagnóstico de celiaquía pudiera haberse realizado en pacientes que ya estaban enfermos previamente por otras causas, algo que aumentaría de manera engañosa la relación entre celiaquía y otras enfermedades.