Una estricta dieta libre de gluten es la única estrategia de tratamiento disponible para la enfermedad celíaca en la práctica clínica, sin embargo, según una revisión de diversos estudios sobre la dieta en los celíacos poublicado por la revista IntraMed, concluye que esta dieta podría provocar deficiencias nutricionales que afectarían al entre el 20 % y el 38 % de los pacientes.

Aunque la la dieta sin gluten se asocia con una mejora de la salud, al ser restringida puede causar deficiencias y desequilibrios nutricionales que pueden deberse a una serie de factores como la alteración de la distribución de la ingesta de alimentos, la calidad relativamente baja de los productos sin gluten disponibles comercialmente, y las prácticas dietéticas que favorecen a ciertos grupos de alimentos.

El estudio revisa las deficiencias nutricionales observadas en niños con celiaquía que siguen dieta sin gluten, para discutir las consecuencias clínicas relacionadas con estos desequilibrios nutricionales, y para identificar las estrategias que se pueden adoptar para tratarlos.

Algunos estudios indican que el cumplimiento estricto de una dieta sin gluten reduce la grasa, lleva a la recuperación de una masa corporal delgada y normaliza el índice de masa corporal (IMC) tanto en sujetos con bajo peso como con sobrepeso, además de acelerar el crecimiento lineal. Por el contrario, los resultados de otros estudios suguieren que esta dieta puede ejercer un efecto negativo en una serie de parámetros antropométricos en sujetos celíacos.

De hecho, se observó una tendencia en los sujetos que siguen esta dieta hacia índices elevados de ciertos parámetros de composición corporal, en particular la masa grasa. Las posibles razones subyacentes al aumento de peso no deseado y la obesidad informadas en los diversos estudios podrían ser el aumento de la ingesta calórica, debido a la mejora de la absorción intestinal y el mayor consumo de carbohidratos menos complejos y con más grasas saturadas.

Estos datos pueden deberse en parte a diferencias en el momento de la evaluación antropométrica, de hecho, cuando los niños celíacos siguen la dieta, a menudo ganan una cantidad excesiva de peso antes de exhibir una recuperación y normalización del crecimiento.

Todos los estudios excepto uno mostraron que el contenido de grasas saturadas y total en productos libres de gluten, en particular panes, pastas y productos de panadería, es mayor que en productos que contienen gluten; y varios de ellos han informado un consumo de grasa total significativamente mayor en niños celíacos que en controles sanos, incluso excediendo las dosis recomendadas en ambas poblaciones.

Dado que los datos indican que la ingesta de grasas en la población general en sí ya es alta, una dieta libre de gluten y en particular el uso de alimentos procesados solo puede exacerbar tal desequilibrio. Con respecto a la ingesta de grasas saturadas/poliinsaturadas, se ha descubierto que tanto los niños con enfermedad celíaca como los niños sanos consumen mayores cantidades de grasas saturadas y menores de grasas poliinsaturadas de lo recomendado, aunque pocos estudios han informado diferencias significativas entre los dos grupos. Esto probablemente refleja una tendencia más general de la población a la ingesta de subtipos de grasa no vinculados a una dieta.

Estos hallazgos reflejan la tendencia de la dieta occidental contemporánea, que se caracteriza por el reemplazo de alimentos vegetales ricos en fibra y granos integrales por alimentos refinados y procesados.

Por otra parte, se ha constatado una menor ingesta de vitaminas que puede deberse en parte a ciertos productos de cereales sin gluten, como se sugiere en algunos estudios que muestran que estos productos contienen cantidades menores de ácido fólico que aquellos con gluten. Estos hallazgos sugieren que la hiperhomocisteinemia, que recientemente se ha identificado como factor de riesgo independiente de enfermedad cardiovascular se debe a factores nutricionales.

Existen pocos estudios sobre los beneficios proporcionados por los suplementos de vitamina D en pacientes celíacos, sin embargo, los usos potencialmente inapropiados de la misma están aumentando, a pesar de que no hay evidencia que apunte a alguna ventaja de la suplementación con vitamina D en pacientes celíacos sobre la obtenida por medio de una dieta sola.

Según la mayoría de los estudios, el estado nutricional del paciente debe controlarse de cerca, tanto al inicio del tratamiento como en las visitas de seguimiento, constatándose que el único tratamiento disponible para pacientescelíacos es una dieta sin gluten estricta de por vida. 

La revisión de estudios aporta algunas sugerencias surgidas de las últimas investigaciones. Estas son:

  • Proporcionar a los pacientes datos de cualquier grupo de apoyo local. La ayuda cara a cara mejora el cumplimiento y el empoderamiento y reduce los sentimientos de aislamiento
  • Proporcionar materiales educativos para abordar las necesidades más urgentes de los pacientes. Estos pueden dividirse en habilidades de supervivencia (cuáles alimentos no contienen gluten, qué alimentos evitar y dónde obtener los alimentos localmente), cómo lidiar día a día (leer etiquetas, recetas, etc.) y estrategias de afrontamiento a largo plazo (salir a comer y viajar).
  • Dedicar tiempo durante el seguimiento para consultar sobre el ajuste de los pacientes a la dieta y el estilo de vida sin gluten.
  • Animar a los miembros de la familia del paciente a asistir a las visitas de seguimiento, ya que esto proporciona una oportunidad para discutir ajustes del estilo de vida.
  • Animar a los pacientes que parecen tener dificultades con la dieta y/o el cumplimiento para aprovechar al máximo los grupos de apoyo o el asesoramiento familiar.

Investigación