De todos es sabido que la celiaquía no tiene cura, y el único tratamiento hoy en día es llevar una dieta sin gluten durante toda la vida. ¿Podría cambiar esto en un futuro...? Quizás... y esto podría ser posible gracias a un grupo de científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que han descubierto una molécula que podría jugar un papel para tratar la celiaquía por vía oral.

 

Esta investigación, publicada en la popular revista Nature, y liderada por F. Xavier Gomis-Rüth que trabaja en el empeño junto a Laura del Amo-Maestro y Soraia Mendes, ha identificado una molécula que podría contrarrestar los péptidos tóxicos que causan la enfermedad.

En concreto se trata de neprosina, una molécula que se encuentra de forma natural en el fluido digestivo de la planta carnívora Nepenthes ventrata, una especie tropical, de origen filipino pero muy comercializada en España, que necesita una alta humedad ambiental y luminosidad.

Numerosas proteínas ricas en prolaminas, que se encuentran en los cereales, son los causantes de esta patología, de forma que cuando estas proteínas llegan al estómago, se rompen en otras más pequeñas, lo que se conoce como péptidos, resultando tóxicas para los afectados.

De todos los péptidos, el más relevante es 33-mero, una prolamina del trigo que es capaz de resistir a los ácidos gástricos del estómago y atravesar la mucosa intestinal.

Así las cosas, los científicos del IBMB-CSIC han descubierto que la neprosina es una molécula que puede degradar el 33-mero antes de que llegue al intestino, evitando la respuesta inflamatoria autoinmunitaria, y se administraría de forma similar a los comprimidos de lactasa que toman los intolerantes a la lactosa.

Según ha explicado Francisco José Pérez Cano, investigador de la UB, “el 33-mero es el péptido más tóxico de los que se generan a partir de la gliadina y queda por comprobar si su erradicación bastaría para eliminar las manifestaciones y respuestas fisiopatológicas de la celiaquía”, para añadir que "los estudios que hemos realizado nos han permitido verificar que la neprosina tiene un enorme potencial para ser desarrollada como medicamento".

El tratamiento, que se administraría de forma oral, debería degradar la mayor parte de los péptidos que resultan tóxicos para los celíacos e inocuo para el intestino. “Una vía prometedora son las moléculas que destruyan los péptidos tóxicos, y que pueda ser administradas por vía oral, de forma similar a los comprimidos de lactasa que toman los intolerantes a la lactosa”, ha explicado Pérez Cano.

Investigación