Una veintena de investigadores pertenecientes a 13 hospitales, universidades y centros de investigación de referencia de ocho países de Europa e Israel, entre los que se encuentra la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) de Valladolid, han desarrollado un modelo predictivo para el diagnóstico precoz de enfermedad celíaca infantil, mediante el análisis de casi un millar de niños con riesgo genético de la misma, seguidos desde el nacimiento hasta al menos 10 años.

 

Debido a que está infradiagnosticada, esta ha sido una de las grandes líneas de investigación que se ha llevado a cabo en este estudio europeo en el que ha participado la investigadora del Departamento de Ciencias de la Salud y coordinadora académica del Grado en Nutrición Humana y Dietética de la UEMC, Paula Crespo Escobar, que ha indicado que el objetivo es desarrollar un modelo predictivo que permita diagnosticar la celiaquía de manera precoz, antes de que cause daños en el organismo.

De esta manera, se ha trabajado en definir qué personas tienen más riesgo de desarrollar esta enfermedad “para poder hacer un seguimiento clínico desde el nacimiento y así detectar la enfermedad antes de que aparezcan los primeros síntomas”, según ha explicado la especialista, que ha insistido en que "se trata del primer estudio que hace una recopilación de datos durante tanto tiempo y en una cohorte de niños con riesgo de enfermedad celiaca tan amplia”.

En la investigación, liderada por el Hospital Universitario de Leiden (Países Bajos), han participado un total de 944 niños con riesgo genético de la patología, seguidos desde el nacimiento hasta al menos 10 años. En este sentido, Crespo ha destacado que “una de las principales fortalezas del estudio, es que es el primero en el que se hace una recopilación de datos durante tanto tiempo y en una cohorte de niños con riesgo tan amplia”.

Se sabía que los niños con algún familiar de primer grado afectado podrían tener más probabilidades de tener celiaquía, más o menos un 5 % más de riesgo, sin embargo, no se había estimado hasta la fecha dicho riesgo con tanta precisión, y de hecho el estudio ha permitido comprobar que es todavía mayor de lo que se consideraba en estudios anteriores.

Estos niños tienen hasta un 17 % más de riesgo de desarrollar la enfermedad, de forma que en el análisis se han incluido numerosos factores y se ha ido analizando su impacto a diferentes edades, ya sea la edad de introducción del gluten, si el niño ha recibido lactancia materna exclusiva o no durante los 6 primeros meses y su duración, o si ha sufrido infecciones durante su infancia, además de si ha recibido la vacuna o no del rotavirus.

El modelo predictivo desarrollado consiste en una aplicación que integra un algoritmo con todos los factores de riesgo analizados e indica, según los factores de riesgo y sus valores, con qué frecuencia se debería seguir a cada niño y con qué frecuencia se deberían hacer cribados de diagnóstico a cada menor.

Estos resultados y este modelo predictivo son de gran relevancia clínica porque facilita mucho el seguimiento médico de estos niños”, ha señalado la investigadora, que ha añadido que esto permitiría hacer un control individualizado según los factores de riesgo de cada uno, “ya que el médico introducirá estos factores y podría saber con qué frecuencia seguir a cada paciente”, explica.

Asu vez, esto ahorraría costes sanitarios ya que no se harían pruebas innecesarias, teniendo encuenta que los datos son importantes para el colectivo celíaco, ya que se estima que, por cada caso diagnosticado, hay entre 5 y 10 casos sin diagnosticar.

De hecho, se la considera una enfermedad camaleónica, por la gran variedad de síntomas con la que puede debutar, y que van desde los digestivos como el dolor abdominal, diarrea, estreñimiento, vómitos, distensión abdominal, sensación de plenitud o digestión lenta tras las comidas; hasta los extradigestivos, tales como el retraso en el crecimiento, anemia, déficit de vitaminas, pérdida de apetito, alteraciones del carácter, apatía e infertilidad o abortos de repetición.

Además, la experta destaca que el hecho de que la enfermedad puede permanecer asintomática, dificulta mucho el diagnóstico.

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