Un grupo de investigadores australianos ha identificado la exposición bacteriana como un factor de riesgo ambiental potencial en el desarrollo de la enfermedad celíaca, la conocida condición hereditaria de tipo autoinmune que afecta aproximadamente a 450.000 personas en España, según datos de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE).
Aunque se sabe que los factores ambientales son los que desencadenan la enfermedad celíaca en las personas con predisposición genética, todavía no se conoce exactamente cómo funciona. Ahora, este equipo de investigadores ha mostrado, a nivel molecular, cómo los receptores aislados de células T inmunes de pacientes con enfermedad celíaca pueden reconocer los fragmentos de proteínas de ciertas bacterias que imitan los fragmentos de gluten.
Según el trabajo de estos investigadores, la exposición a estas proteínas bacterianas podría estar implicada en la generación de un reconocimiento erróneo del gluten por parte de estas mismas células T cuando los individuos susceptibles consumen cereales que contienen gluten.
Hugh Reid, investigador principal de este estudio desarrollado en la Universidad de Monash (Australia) ha afirmado que "en la enfermedad celíaca se obtiene una reactividad errónea al gluten y hemos proporcionado una prueba de principio de que existe una relación entre las proteínas de gluten y las proteínas que se encuentran en algunas bacterias. Es decir, es posible que el sistema inmune reaccione a las proteínas bacterianas en una respuesta inmunológica normal y, al hacerlo, desarrolle una reacción a las proteínas del gluten porque, para el sistema inmunológico, parecen indistinguibles, como una imitación".
En un artículo científico publicado en la revista Nature Structural and Molecular Biology, el doctor Reid asegura que estos hallazgos podrían conducir eventualmente a enfoques diagnósticos o terapéuticos de la enfermedad celíaca.