La empresa Cerealto Siro Foods, multinacional española de la industria alimentaria, presentaba hace poco su primer snack inteligente con la ayuda de una herramienta diseñada por IBM Services que analiza y anticipa los gustos de los consumidores de manera casi instantánea y global. Se llama I+Radar y funciona escuchando lo que se dice en las redes sociales públicas, los foros expertos, periódicos generalistas, revistas científicas y multitud de usuarios e influencers que, cada día, pasan horas navegando por Internet.
Con los resultados obtenidos, además de las tendencias alimentarias que marcarán estos próximos años, han diseñado unas tortitas de arroz con guisantes y lentejas, disponibles ya en los supermercados de Reino Unido, que aseguran ser “nutricionalmente adecuadas para todas las edades, con un alto contenido en proteínas, con ingredientes naturales, apto para vegetarianos y celíacos y que puede consumirse en cualquier momento del día”.
Comer más sano parece haberse convertido en una obsesión para las nuevas generaciones, lo que se traduce en consumir productos con menos azúcares, sales, aditivos y grasas perjudiciales para el organismo, mientras que se busca aumentar el contenido de fibra y proteínas. De ahí que los productos ecológicos y de comercio justo estén en auge.
Esta tendencia con un crecimiento de casi el 20 % en los últimos años aboga por consumir más vegetales, frutas, verduras y semillas, aprovechando la temporalidad de las cosechas y la proximidad de los cultivos... y si hasta hace poco las vitaminas, el calcio, los productos sin gluten, sin lactosa o sin conservantes ni colorantes eran el punto central de investigación de muchas de las multinacionales, buscar fuentes alternativas de proteínas se está convirtiendo en el objetivo prioritario de casi todas ellas.
Así, todos los esfuerzos van dirigidos a encontrar productos con bases sostenibles en el tiempo, con garantías saludables y unos precios asequibles. Por eso, Hinoman, una empresa especializada en tecnología en el mundo de la proteína vegetal, ha desarrollado varias patentes de una planta llena de proteínas y vitaminas, completamente natural, cultivada con una agricultura muy precisa, una huella ecológica cercana al cero y que han llamado Mankai, o lo que es lo mismo, la verdura más pequeña del mundo, que con tan solo 0,5 mm es muy conocida en el sudeste asiático y gigantes de la industria, como Ajinomoto Co, han invertido millones de dólares en adquirir los derechos de venta en países como Japón.
Aprovechando toda esta Inteligencia Artificial, comienzan también a crearse opciones de dietas mucho más sanas, elegantes y personalizadas que las que hemos estado escuchando en las últimas décadas... lo que se ha dado en llamar nutrigenómica.
Así, mediante el estudio de las interacciones que se producen entre el genoma de una persona y los nutrientes que este ingiere, podemos obtener datos relevantes para mantener una salud perfecta de forma completamente individualizada. Se trata de crear unos hábitos y rutinas para cada persona, teniendo en cuenta sus necesidades específicas, como la alimentación sin gluten, y basándose en marcadores biológicos y métricas personales.
Al tiempo que el nutricionista se convierte prescriptor sustituyendo al cocinero tradicional, el test de ADN aparece como el mejor consejero y chivato de nuestro cuerpo, creándose tendencias como la posibilidad de incluir en nuestra dieta la ingesta de insectos, que se convertirán en una de las proteínas del futuro, u otras tendencias como la fiebre por el carbón activado, el aceite de coco o los alimentos probióticos como el yogur o el kéfir.
La flora intestinal es una de las partes más castigadas de nuestro cuerpo, lo que justifica la creciente demanda de los platos fermentados, como el kimchi, o de los prebióticos (fermentados naturales).
En cualquier caso, si hay una tendencia que se está imponiendo esa es la alimentación consciente o mindful eating, que nos lleva a querer saber cómo se producen los alimentos que consumismos y el impacto que estos tienen en nuestro cuerpo... motivo por el que la investigación de la industria quiere anticiparse poniendo a la Inteligencia Artificial al servicio de las necesidades nutricionales de cada uno.