El número de italianos que padecen la enfermedad celíaca está aumentando considerablemente, de manera que en aquel país ya hay 224.000 casos diagnosticados, aunque los estimados son muchos más: alrededor de 600.000, debido que la enfermedad en numerosas ocasiones es asintomática.

 

Para facilitar el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de la enfermedad, la Sociedad Italiana de Gastroenterología y Endoscopia Digestiva (SIGE), junto a otras sociedades científicas, elaboró un documento con las directrices nacionales, uq e hasido presentado en la Sala Caduti di Nassirya del Senado del país. 

En este sentido, Luca Frulloni, catedrático de Gastroenterología de la Universidad de Verona y presidente de SIGE, ha explicado que "la elaboración de directrices sobre las enfermedades gastroenterológicas más frecuentes representa un intento de dotar a todos los médicos de una herramienta adecuada para mejorar el diagnóstico y el tratamiento de los pacientes y contener el gasto sanitario".

Entre los principales puntos sugeridos por los expertos figura "una muestra de sangre para la búsqueda de anticuerpos anti-IgA transglutaminasa, asociada a la dosificación de inmunoglobulinas IgA totales".

Así lo recomienda Fabiana Zingone, profesora asociada de Gastroenterología de la Universidad de Padua y editora de las directrices junto a Federico Biagi, quien ha afirmado en este sentido que sería necesario "no iniciar la dieta sin gluten antes de completar el proceso de diagnóstico". Es importante también, agrega la especialista, "contactar con un centro de referencia regional para la correcta interpretación de los resultados y continuar el seguimiento para evaluar la remisión progresiva de los síntomas y la correcta adherencia a la dieta sin gluten".

La dieta para celíacos, sin embargo, no debe transformarse en una "fobia a la contaminación", ha subrayado Biagi, quien defiende que un paciente bien informado no puede "ingerir involuntariamente una dosis tóxica de gluten".

Se están estudiando nuevos fármacos capaces de bloquear la cascada patogénica causante la enfermedad celíaca. En este sentido, Zangone ha explicado que "los objetivos son diferentes: desde la digestión de las fracciones tóxicas del gluten a la inhibición de algunas etapas de la inflamación relacionada con el gluten", para concluir que "los resultados parecen prometedores, pero tendremos que esperar a obtener más resultados para definir cómo utilizarlos en la práctica clínica".

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