La compañía multinacional italiana Dr. Schär, especializada en la elaboración de productos sin gluten, y que en los últimos años había apostado por nuestro país a la hora de establecer sus lineas de producción, parece haber dado un giro a su estrategia empresarial abandonando sus inversiones en España y, de paso, dejando de apostar por el colectivo celíaco, entre el que paradójicamente se encuentra la gran mayoría de sus clientes.

 

La compañía italiana, líder en el sector de los alimentos sin gluten, consiguió crear numerosos empleos en la fábrica que adquirió hace unos años en la localidad aragonesa de Alagón, llegando a conseguir una cifra de negocio de casi 50 millones de euros al año, e incorporando continuamente nuevas lineas de producción y sus consiguientes nuevos productos. Pero ahora esta dinámica se ha parado, y la sensación actual es de abandono.

De esta manera, los planes de inversión de la compañía dejaron de poner el foco en España, hasta el punto de que un ambicioso proyecto consistente en instalar una nueva linea de fabricación de pan que supondría una inversión de 12 millones de euros y la creación de al menos treinte nuevos empleos, se ha quedado en agua de borrajas.

En el mes de agosto de 2020, en plena situación de pandemia, el director gerente de la compañía, Pablo Bazco, reconocía al diario local Heraldo de Aragón que la multinacional "tenía un proyecto de inversión en la planta de Alagón de 12 millones de euros, pero la central se está pensando si hacerlo aquí", y justificaba esa afirmación en que "hemos de tener garantías de que los impuestos no van a subir y de que va a haber estabilidad política. Los inversores arriesgan su dinero y necesitan ciertas garantías".

Pero lo peor de todo es que a esta falta de inversiones productivas de la compañía en nuestro país, se une el abandono del colectivo celíaco, quizás debido a que, según reconoce su director gerente, "el 85 % de lo que produce la compañía en España está dirigido a la exportación". De esta manera, la empresa ha dejado de colaborar con las distintas asociaciones de celíacos con las que siempre había mantenido una relación de carácter social, centrándose ahora sus esfuerzos exclusivamente en el canal comercial, lo cual deja de lado a un colectivo del que ahora solo pretende obtener beneficios.

Así las cosas, las asociaciones de celíacos y todos sus asociados están comprobando como una de las principales empresas proveedoras de productos para ellos, solo se preocupa del marketing, de la renovación de su identidad de marca o del rediseño ecológico de su packaging, dejando de lado el apoyo a sus inciativas de difusión de la enfermedad y olvidando su anterior apuesta por la calidad de vida de las personas celíacas.

Se trata de una deriva que incluye una apuesta millonaria por llegar a través de la publicidad a un público generalista, en detrimento de una apuesta decidida por el colectivo celíaco, del que se han aprovechado hasta la fecha, y que ahora abandonan en busca de un mayor lucro económico.

 

 

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