eatsasinglutenLa comida rápida no tiene por qué ser poco saludable, cara y suponer un impacto enorme en el medio ambiente. Esta es la creencia de Scott Durmmond y Tim Young, fundadores de Eatsa, un nuevo concepto de restaurante que pretende revolucionar la comida rápida basándose en dos elementos clave: la tecnología y la quinoa.

El resultado es un espacio totalmente automatizado, en el que realizas tus pedidos a través de un iPad y en unos minutos es entregado en unos cubículos de cristal identificados con tu nombre. En cuanto al menú, está basado específicamente en la quinoa como alimento base, aderezada con una completa lista de ingredientes que conforman un plato nutricionalmente completo, sabroso, saludable y apto para celíacos al no contener gluten entre sus ingredientes.

El objetivo es hacerse un hueco entre los burritos, hamburgesas, perritos, pizzas y demás propuestas rápidas, con una oferta saludable y económica. Para ello, el responsable de Eatsa ha decidido aplicar algunas de las tendencias FoodTech más en boga para eliminar dos factores de la ecuación, los cajeros y la carne.

La reducción de personal supone ya de por sí un importante ahorro, ya que generalmente el personal supone un 30 % de los gastos de un negocio de restauración”, explica Scottl Drummond, fundador y CEO de la compañía. En el caso de Eatsa el espacio está totalmente automatizado, ya que el cliente maneja su pedido en un IPad, paga con su tarjeta o con el móvil, y se le indica un número de cajón.

En cuanto a la quinoa, la historia es algo más larga… Las conocidas propiedades de este pseudocereal, o superalimento, (alto contenido proteico, aminoácidos, bajo colesterol, sin gluten, capacidad para absorber aromas y sabores), y su menor impacto ambiental (necesita ⅓ de energía para ser producida que la carne) fueron los motivos por los que Scott Drumond decidió convertirla en la estrella de su menú.

Es más saludable y su producción es más eficiente, así que es mejor para nosotros y para el planeta”. Pero la ciencia y la tecnología no se quedan ahí, los científicos sensoriales y de alimentos de Eatsa han hecho pura alquimia culinaria al convertir el alimento de moda, la quinoa, en una propuesta gastronómica realmente atractiva.

Para ello, no se han limitado a echar más sal y grasa a su comida. Sino que invirtieron dos años en recoger y analizar datos sobre las preferencias de los usuarios, y en procesar una experiencia de gusto natural, sin exceso de grasa, sodio o azúcar, que tuviera las mismas cualidades adictivas que la mejor comida rápida.

Utilizan diferentes variedades de quinoa y métodos de preparación, así como ingredientes complementarios diversos. No usan ninguna etiqueta adicional, como ecológico, orgánico, etc. Simplemente “saludable”.

Para el fundador de Eatsa, este concepto de fast food en kioskos y cubículos sin interacción humana es solo el principio de toda visión sobre la restauración rápida; y ya planea utilizar la tecnología para transformar, no solo el menú, sino toda la experiencia fast-food, eliminando a los humanos y la interacción humana allá donde sea posible.

Eatsa planea lanzar la opción de hacer el pedido desde el móvil, lo que, unido a las capacidades de geolocalización de los dispositivos, permitirá que tu pedido esté esperándote en su luminosa urna justo cuando entres por la puerta del local.

Este mayor nivel de interacción entre los clientes y Eatsa -o más bien entre sus respectivas máquinas- permitiría a la compañía definir y aplicar políticas de fidelización y satisfacción muy personalizadas. “El sistema podrá fácilmente aprender sobre los gustos y costumbres de los clientes y ofrecer el menú en consonancia”, afirma el empresario.

Es en esta parte donde Drumond, su socio Tim Young y el director de Ingeniería, Adam Hiatt, están volcando sus esfuerzos: diseñar la mejor experiencia de usuario posible a través de un mostrador dotado de un tablet como punto de interacción, los cubículos de entrega y el personal de preparación.

El equipo ha conseguido convertir la quinoa en algo delicioso, y la idea es utilizar una plataforma tecnológicamente optimizada y crecer lo más rápido posible. Para ello, están probando ya otros conceptos de instalación, como por ejemplo, un kiosco modular con todos los elementos del restaurante en su interior, que puede ser instalado en cualquier entorno como edificios de oficinas o centros comerciales.

Se trata de una experiencia en la que les acompaña su principal inversor, David Friedberg, fundador en 2006 de la compañía de análisis de datos climatológicos The Climate Corporation, y que vendió a la multinacional Monsanto en 2013.

Empresas