Llega la Navidad, unas fechas en las que los alérgicos en general y los celíacos en particular, y sus familiares no deben bajar la guardia, sobre todo aquellos que sufren reacciones muy graves al ser sensibles al gluten o a otros alérgenos.

 

Nuevos productos o mezclas ingeniosas para agradar a los invitados se suceden en casi todas las familias en esta época del año en la que se produce un incremento de reacciones alérgicas debido a una mayor exposición a alimentos altamente alergénicos, como sucede en el ámbito de los celíacos.

Las alergias alimentarias más comunes se originan tras el contacto con diversos alimentos, pero en Navidad se produce un aumento de reacciones provocadas por el pescado, los frutos secos o el marisco. Además, productos como el turrón o el mazapán… pueden llevar ingredientes encubiertos como el gluten, la miel, la leche, los cacahuetes... etc., que normalmente resultan perniciosos para algunas personas.

Además, el consumo de alimentos a los cuales se es sensible, combinado con bebidas alcohólicas y el ejercicio, como el baile, incrementa las reacciones alérgicas, por lo que su prevención es especialmente impottante y requiere ciertas pautas a tener en cuenta.

En primer lugar, en caso de acudir a algún domicilio que no es el propio a pasar estas fechas, es aconsejable avisar con antelación al anfitrión sobre los alimentos a los que se es alérgico. Además, en caso de acudir a un restaurante, se debe comunicar desde el primer momento y solicitar el documento informativo de alérgenos para poder obtener la mayor información posible sobre la oferta gastronómica y los alérgenos identificados en cada propuesta de menú.

Si se es anfitrión, y por lo tanto encargado de preparar el menú navideño, es importante evitar las contaminaciones cruzadas, es decir, evitar que el gluten y el resto de los alimentos alergénicos tengan contacto con los ingredientes de platos para no alérgicos, para que no se produzcan estas contaminaciones.

Entre los consejos para evitar las contaminaciones cruzadas, destacan:

  • Separar los alimentos crudos de los alimentos cocidos o listos para consumir.
  • Lavar las manos con agua y jabón antes de empezar a cocinar y entre la manipulación de los alimentos crudos y los listos para consumir.
  • En el momento de guardar la compra, colocar carnes, aves, pescados, marisco y otros alimentos en contenedores cerrados separados del resto de los alimentos.
  • A la hora de cocinar, usar recipientes y utensilios diferentes para cada producto (fuentes, cuchillos y tablas de cortar) cuando se manipulan los distintos alimentos crudos y cocidos, o bien, lavarlos minuciosamente entre uso y uso.
  • Mantener todas las superficies, vajilla y utensilios limpios.

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