Un grupo de investigadores ha relacionado el uso intensivo de abonos nitrogenados en el cultivo del trigo con una mayor prevalencia de la celiaquía, al provocar que tanto el grano como las harinas derivadas de este cereal contengan una mayor concentración de proteínas del gluten.

 

Los expertos llevan tiempo barajando diversas hipótesis que expliquen por qué se ha producido en los últimos tiempos un incremento de la celiaquía, que van desde cambios en la alimentación en la infancia a desequilibrios en la microbiota intestinal. Ahora, un grupo de investigadores del Centro de Búsqueda Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) y el CSIC apuntan como posible nueva posible causa una excesiva fertilización de los campos de trigo con nitrógeno.

En un trabajo publicado en la revista Foods los investigadores concluyen que el exceso de nitrógeno en el abono para la producción de este cereal provoca que tanto el grano como las harinas derivadas del mismo contengan una mayor concentración de proteínas del gluten, el principal alérgeno desencadenante de esta enfermedad que, por el momento, no tiene cura.

Las conclusiones del estudio abren la puerta a utilizar los fertilizantes nitrogenados como una herramienta más para controlar y prevenir la expansión de la celiaquía y las intolerancias al gluten.

Los investigadores constataron que desde 1960 hasta la actualidad se han multiplicado por 10 los kilogramos de nitrógeno usados para abonar los campos de cultivo de este grano, que sigue siendo el más plantado y el más importante en la alimentación humana, con 217 millones de hectáreas en todo el planeta.

El nitrógeno mejora el rendimiento de la cosecha y es más barato que otros fertilizantes, como los fosfatos, de ahí que su uso se haya extendidoen todo el mundo. Sin embargo, ese uso intensivo de abonos nitrogenados también ha provocado que aumente la concentración de gliadinas en todos los tipos de trigo, un tipo de proteínas que intervienen en la formación del gluten.

 Según ha señalado el investigador de ambas organizaciones Josep Peñuelas, líder del estudio, “ahora fertilizamos mucho más que antes y como consecuencia enriquecemos el trigo en gliadinas, que son muy alergénicas y están en la base de los problemas de celiaquía, una enfermedad cuya prevalencia está en aumento en muchos lugares del planeta”, y ha añadido que "el abuso del nitrógeno en el cultivo del trigo explicaría el aumento de la celiaquía".

A pesar de que el consumo de productos de trigo se ha mantenido en las últimas décadas más o menos constante en todo el mundo, los investigadores han visto que ha habido un aumento en la ingesta de gliadinas a escala global, hasta el punto que “consumimos un 60 % más de estas proteínas que nuestros padres y abuelos, alrededor de un 1,5 kilos más por año”, ha señalado Peñuelas.

Los investigadores del CREAF-CSIC han tenido en cuenta factores como los aditivos del pan, que también pueden provocar alergias, así como la mejora en el diagnóstico de la enfermedad, al tiempo que han analizado si las variedades de trigo utilizadas en la actualidad, seleccionadas por ser más productivas, tenían un mayor contenido de gliadinas.

No parece que sea así. Si ahora hay más gliadinas es porque fertilizamos los campos de cultivo de forma muy intensiva”, ha apuntado Peñuelas, que ha recordado que en Europa y Estados Unidos la prevalencia de la celiaquía es de media del 1 % de la población, aunque en países como Filandia y Suecia asciende a entre el 2 y el 3 % de los habitantes.

La fertilización con nitrógeno se traduce en un posible problema directo de salud global. Tiene efectos importantes sobre los microorganismos del suelo y el funcionamiento de la Tierra. Estamos cambiando la bioesfera porque estamos sobrefertilizando con nitrógeno. Y eso, a su vez, está teniendo también repercursiones sobre la salud humana”, ha concluido en especialista.

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