La Feria Internacional de Muestras de Asturias celebró el Día de los Celiacos, dedicado en esta edición a sensibilizar al sector de la hostelería. «Cuando comemos fuera no disfrutamos por no saber si nos va a sentar mal y estamos condicionados por la poca variedad en los platos que ofrecen los restaurantes», lamentó Carlos Celorio, presidente de la Asociación Celíaca del Principado de Asturias (Acepa) durante la celebración de esta jornada.

Tanto Acepa como la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (Face) realizan un control de los establecimientos hosteleros y de producción asociados para proporcionar una información de calidad al colectivo. «Entramos en cocinas para que se pueda consumir con total garantía», señaló Elena Díaz, encargada de certificación y formación de Acepa.

Cuenta el diario El Comercio que en la jornada participaron tres negocios que ofrecen una total garantía para los consumidores celíacos, para compartir su reconversión hacia un mercado libre de gluten. «Tengo una carta 100% sin gluten, empecé por mi hijo, que es celiaco. No quiero que él tenga esa inseguridad al ir a comer», explicó Pablo Cueto, del restaurante Meraki de Oviedo.

«Nosotros empezamos tras un episodio de intoxicación de una chica, hace dos años cambiamos el modelo de negocio. El comensal es algo sagrado», explicó por su parte Manuel Gutiérrez, del restaurante Naguar, también en Oviedo.

Los participantes en la jornada denunciaron que los precios elevados de galletas, panes de molde o harinas especiales, que alcanzan los cuatro euros, son una traba para un colectivo que aún no representa un nicho de mercado tan atractivo como el de los vegetarianos o veganos. «El margen comercial es mucho más bajo, los productos son caros porque la materia prima también es cara», indicó Begoña López, del obrador El Molino, en Luarca. «Un obrador sin gluten se convierte en un laboratorio químico, hacen falta muchas pruebas y utilizo cinco productos distintos para las masas».

La legislación actual permite en aquellos productos certificados como aptos para celiacos un máximo de veinte partes por millón, cantidad límite para que la ingesta no produzca daños intestinales. «Cuando detectamos esas veinte partes por millón informamos a la compañía para que haga sus contra-análisis e informe a los consumidores», detalló Izaskun Martín-Cabrejas, del departamento de Seguridad Alimentaria de Face, sobre sus procedimientos de control.

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