Evitar el gluten de la dieta se ha convertido en una fiebre entre las personas que buscan una vida más saludable o quieren perder peso. Esta proteína se convirtió hace algún tiempo en el villano de los alimentos, y mucha gente saludable adoptó el “gluten-free” como parte de la rutina alimentaria. El problema es que lo que parece ser bueno para la salud puede tener un efecto contrario.

Un estudio, publicado en la revista la Epidemiología, constató que las personas que hacen este tipo de dieta corren el riesgo de exposición a metales tóxicos como el arsénico y el mercurio.

Los productos sin gluten suelen tener harina de arroz, que puede sustituir al trigo; pero esta harina tiene la capacidad de absorber sustancias de fertilizantes, que pueden desencadenar enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer en el pulmón.

Investigadores de la Universidad de Illinois en Chicago, hicieron pruebas con 73 personas, de 6 a 80 años, que mantuvieron una dieta sin gluten, entre 2009 y 2014. El resultado mostró que los niveles de arsénico en la orina de los participantes eran dos veces más altos si se comparan con las muestras de las personas con alimentación común.

Para María Argos, profesora de epidemiología y una de las autoras del estudio, la alta concentración de los metales en el organismo puede traer como consecuencia serias, pero el equipo debe realizar otros estudios para determinar los riesgos y para saber cómo controlar los efectos en el cuerpo, ayudando a personas que, de hecho, no pueden consumir la proteína.

Otra consecuencia de la dieta sin gluten, según un informe publicado en el Journal of Nutrition, sería el intestino atrapado, debido a la deficiencia en fibra una vez que muchos granos ricos en fibra son reemplazados en el proceso de producción de los alimentos gluten free.

Los alimentos sin gluten tienen calorías como cualquier otro, “y mucha gente tiende a comer más porque crees que es bueno para la salud”, ha dicho Fasano.

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