La investigación de un grupo de científicos de la Universidad de León abre nuevas vías para posibles tratamientos de la enfermedad celíaca, según los primeros resultados de laboratorio en fase de desarrollo, que han resultado satisfactorios, por lo que pronto comenzarán los ensayos clínicos con seres vivos, en concreto con ratones.

Esta investigación, todavía en proceso, la está llevando a cabo un equipo multidisciplinar de la mencionada Universidad, en colaboración con el Complejo Asistencial de León, y busca hacer la vida más fácil a las personas intolerantes al gluten.

La investigación, que desarrollan microbiólogos y bioquímicos de la Universidad de León, y en la que participan, entre otros, los investigadores Javier Casqueiro, Jenifer Pérez y Leandro Rodríguez, ha analizado el papel de las bacterias presentes en el tubo digestivo en el metabolismo del gluten. De esta manera, ha logrado demostrar lo que hasta el momento era sólo una hipótesis: que hay bacterias que tienen las personas sanas que digieren el gluten de una manera, y bacterias que tiene las personas celíacas que lo digieren de otra diferente, lo que ha abierto nuevas vías a futuros tratamientos para esta enfermedad.

"Hay proteínas presentes en el tubo digestivo que participan en el metabolismo del gluten y su actividad es diferente entre sanos y celíacos. El metabolismo del gluten es diferente entre sanos y celiacos por la participación del conjunto de proteínas, que varía de unos individuos a otros y que hace que en los celíacos ese metabolismo sea tóxico", ha explicado Leandro Rodríguez.

Así, se ha descubierto que existen microorganismos en el tubo digestivo que pueden consumir el gluten. Cuando se consume el gluten, explica este investigador, hay una parte que se excreta por las heces, otra la absorbe el propio individuo y una última es digerida por microorganismos. Por eso, esta investigación trata de eliminar el gluten del tubo digestivo a través de microorganismos que puedan ser administrados a las personas celíacas que tengan una actividad antiinflamatoria y que sean capaces de acabar con los fragmentos que les hacen daño.

El mayor problema de los celíacos es que los alimentos que contienen gluten son tóxicos para ellos, por lo que se ha investigado cómo hacer para que puedan metabolizar de forma correcta el gluten con el objetivo de que no les resulte venenoso. A partir de esa premisa, los investigadores aislaron bacterias que participan en el metabolismo del gluten, procedentes de leche materna y de heces de bebés lactantes, para lograr obtener un probiótico o un cóctel de probióticos que ayude a las personas celíacas a metabolizar el gluten.

"No vamos a conseguir que un celíaco se coma un bocadillo, pero sí las contaminaciones cruzadas por ejemplo en los restaurante o las trazas que poseen muchos alimentos. El objetivo último es hacer la vida más fácil a las personas que padecen celiaquía", ha explicado Jenifer Pérez, que se ha encargado de aislar y seleccionar las bacterias beneficiosas que puedan ayudar a digerir el gluten.

Según cuenta el portal web ileon, los investigadores han precisado que la celiaquía no tiene cura, por lo que sería imposible que un celíaco pudiera comerse unos macarrones, ya que no podría metabolizar todo ese gluten, pero sí podría consumir pequeñas cantidades como trazas que aparecen en muchos productos o soportar contaminaciones cruzadas, que pueden producirse, por ejemplo, al cocinar.

De esta forma, a través de estos microorganismos se evitarían un sinfín de complicaciones tanto a la persona intolerante al gluten como a su familia, y podrían facilitar, por ejemplo, que puedan salir a comer fuera de casa sin preocuparse de si su plato se ha elaborado en el mismo lugar que otro que sí contenía gluten.

Aunque aún queda todo un proceso de desarrollo para que éste coctel de pro bióticos cobre forma y se convierta en una pastilla o en una solución oral para ayudar a luchar contra la enfermedad celíaca, lo cierto es que algunos de los microorganismos que pueden ayudar a metabolizar el gluten ya han sido descubiertos y aislados.

La siguiente fase a la que se enfrenta esta investigación es la de probar que estos probióticos que ayudan a digerir el gluten funcionan también en seres vivos. Por eso, en un primer momento se realizarán pruebas en ratones y, si resulta efectivo, los ensayos pasarían a realizarse en humanos.

Se trata de una investigación esperanzadora, financiada con fondos públicos nacionales y autonómicos, que aunque se encuentra aún en fase de desarrollo puede cambiar el tratamiento de la celiaquía y el futuro de los celíacos.

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