Una veintena de establecimientos de restauración de Blanes, entre ellos, hoteles, heladerías, campings o supermercados, han recibido formación sobre la celiaquía por parte de la Asociación Celíacos de Cataluña y estudian acreditarse como locales sin gluten. Es el primer paso de esta ciudad catalana en su camino para posicionarse como municipio gluten free, siguiendo la estela de Terrassa o Cangas del Narcea (Asturias), lo que permitiría atraer a un público cada vez mayor y crear un nuevo foco de atracción turística fuera de temporada.

Según el Consistorio de la localidad, se calcula que en Blanes, donde residen 40.000 habitantes (cifra que en verano llega a triplicarse), un 1 % de personas sufre celiaquía y un 6 % es sensible al gluten y no lo tolera bien. La concejal de Promoción de la Ciudad y Turismo de Blanes, Dafne Galvany, ha situado 2018 como fecha límite para alcanzar la distinción de municipio gluten free, y en este sentido ha destacado que “además de dar un valor añadido y aumentar el atractivo turístico, supondrá un crecimiento económico en la restauración porque ofrecerá una alternativa a muchas familias que no saben adónde ir a comer”.

Según recoge el diario La Vanguardia, en la misma línea se ha pronunciado el gerente de la Asociación Hotelera Costa Brava Centro, Martí Sabriá, que declarado que “adaptarse a la demanda es estrictamente necesario, y acercarse a sus requerimientos ayuda a vender más”.

Se estima que la facturación de los restaurantes adaptados se incrementa entre un 5 % y un 7 %, porque este tipo de clientela es muy fiel. En la actualidad, sin embargo, sólo un 3 % de los restaurantes catalanes ofrece platos sin gluten con garantías. “Si salimos a comer, no podemos improvisar, sobre todo en poblaciones pequeñas. Tienes que ir con el táper”, advierte Luisa Barberán, delegada de la Asociación de Celíacos del Alto Maresme.

Los precios son un 300 % más caros en todos los productos, lo que supone un agravio comparativo porque nosotros no necesitamos ningún medicamento”, expone Olga Cuesta, responsable de la entidad catalana, quien ha reconocido que en los supermercados, en cambio, los productos para celíacos han aumentado un 200 %, y se estima que entre un 10 % y un 15 % de la población general consume productos sin gluten porque considera que son más saludables, aunque desde el colectivo sanitario se recuerda que no es conveniente iniciar una dieta sin gluten sin prescripción médica.

El goteo de ayuntamientos que implantan medidas con el fin de mejorar la calidad de vida de los celíacos y favorecer su normalización social es constante en Cataluña. Hasta 40 consistorios, como Vilafranca del Penedès o Riudallots de la Selva, han aprobado mociones en este sentido, aunque para la asociación catalana, que lidera el proyecto Restauración Sin Gluten para aumentar el número de este tipo de locales, tendría que implicarse la totalidad de los municipios.

Para que Blanes sea municipio gluten free hará falta que una parte proporcional de los locales obtenga el certificado que los acredita como establecimiento sin gluten con garantías, que otorga la Asociación de Celíacos de Cataluña tras constatar que siguen los protocolos de seguridad alimentaria.

Por su parte, la Agencia de Salud Pública, que desde el 2015 impulsa un plan de acción con diferentes iniciativas, ha informado que ha diseñado un curso de formación on-line que ya está en marcha, y que “llegará a centenares de profesionales, con lo que el proceso de diagnóstico y detección seguro que se acortará”, ha afirmado Carmen Cabezas, subdirectora general de Promoción de la Salud.

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