El gluten podría estar detrás de muchos trastornos neurológicos, que van desde las migrañas al autismo, el párkinson o la depresión. Se trata de una polémica teoría que divide al mundo científico.

Luis Rodrigo Sáez, experto español en celiaquía, recomienda retirar el gluten ante cualquier trastorno neurológico defendiendo que "se trata de un tratamiento inocuo que puede mejorar la evolución de muchas de esas patologías"; sin embargo, son pocos los neurólogos en España que defienden esta supuesta neurotoxicidad del gluten en las personas celíacas o sensibles al gluten, debido a una casuística muy reducida. De hecho, desde 1966, cuando se describió por primera vez un conjunto de enfermedades neurológicas relacionadas con la intolerancia permanente al gluten reunidas bajo el nombre de neurogluten, muchas de esas dolencias solo han sido fundamentadas en casos aislados o en pequeñas series de pacientes, razón por la cual muchos especialistas no la suelen tomar en consideración. 

Según defiende en un reportaje publicado en la revista XL Semanal Jesús Porta-Etessam, jefe de neurología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, "es importante delimitar entre lo que está directamente vinculado con el neurogluten y lo que es una relación casual». Este especialista definede que en todo caso hay dos trastornos neurológicos relacionados con el gluten que nadie discute: la ataxia por gluten, en la que se ve afectado el cerebelo, provocando alteraciones del movimiento en dedos, manos, brazos, piernas, labios, lengua e incluso ojos; y la neuropatía periférica, que afecta a los nervios, o prolongaciones de las neuronas, de la médula espinal, causando problemas musculares y sensoriales. 

"Estas dos enfermedades mejoran con dieta sin gluten, si es estricta y continuada, en la mayoría de los casos" explica por su parte el neurólogo Carlos Hernández Lahoz, estudioso del neurogluten desde hace casi dos décadas, aunque también destaca que "es importante aplicar el tratamiento de manera precoz, antes de que se produzca la muerte neuronal".

Luis Rodrigo Sáez no es neurólogo, pero, de la misma forma que Lahoz, lleva casi 20 años estudiando el neurogluten y defendiendo el beneficio de la dieta en algunas dolencias más. Este gastroenterólogo ha observado en su consulta mejoras en diferentes complicaciones neurológicas con solo retirar el gluten al paciente.

"Hablo de unos 300 casos, algunos seguidos durante años -afirma este antiguo jefe de Servicio de Digestivo del Hospital Universitario Central de Asturias, que no duda en aconsejar-: ante cualquier trastorno neurológico, salvo casos muy avanzados, quizá, se debería recomendar la instauración y seguimiento de una dieta sin gluten, ya que se trata de un tratamiento inocuo que puede mejorar el curso clínico y la evolución de muchas de esas patologías", ha afirmado, para concretar que “entre un 10 y un 20 por ciento de los pacientes con problemas neurológicos podría beneficiarse de la dieta sin gluten”.

Por su parte, Pablo Irimia, vocal de la Sociedad Española de Neurología, avisa de que "no hay que generar expectativas inadecuadas en los pacientes", y añade que «yo también he visto casos de cura de cáncer de manera espontánea. Los hay -añade Antonio Yusta, jefe de Neurología del Hospital Universitario de Guadalajara-. Pero en medicina no discutimos casos aislados, actuamos por demostraciones científicas".

El neurólogo Porta-Etessam, del Clínico San Carlos de Madrid, considera en este sentido que la relación que el gluten puede tener con la epilepsia o con otras manifestaciones neurológicas "suele ser frecuente, con la dieta, la mejoría en casos de mialgias y fatiga, y también se ha descrito en ansiedad y depresión".

Por su parte, Yusta Izquierdo, jefe de Neurología del Hospital Universitario de Guadalajara, entiende que sin gluten puede mejorar la frecuencia e intensidad de las jaquecas, y defiende que "con la dieta, los fármacos para la migraña se hacen más efectivos, y también conceden beneficios para las encefalopatías".

A la espera de pruebas científicas irrefutables, lo cierto es que el número de complicaciones neurológicas que responden positivamente a la dieta sin gluten ha ido creciendo con el paso del tiempo; auqnue en los últimos cincuenta años de estudios sobre el neurogluten, aún no se conoce a ciencia cierta cómo llegan al cerebro y afectan el sistema nervioso central y periférico los péptidos de gliadina, la parte dañina del gluten para los celíacos.

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