El consumo de alimentos sin gluten es una tendencia imparable que hace que la venta de estos alimentos se haya multiplicado por 8 en los últimos tiempos. Según los expertos reunidos recientemente en el 58 Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), esta tendencia viene alentada por los nuevos gurús de las dietas y sus promesas de curación de casi todas las enfermedades de nuestro siglo: obesidad, Alzheimer, depresión y todas aquellas enfermedades para las que aún no se ha podido encontrar curación o explicación.

La prevalencia general de la enfermedad celíaca, según el Dr. García-Manzanares, especialista en Endocrinología y Nutrición en Hospital General La Mancha Centro y miembro del Area de Nutrición de la SEEN: "es de un 1 a un 2%, existiendo grupos de riesgo como familiares con algún enfermo o personas con una patología autoinmune dónde la prevalencia puede ser de hasta un 10 %".

Por cada nuevo diagnóstico se estima que hay de 5 a 12 celíacos sin diagnosticar, mientras que el tiempo medio para el diagnóstico desde los primeros síntomas se suele prolongar de 3 a 17 años, y más de la mitad de los casos que se diagnostican en la actualidad es en mayores de 50 años.

La sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC) es una entidad emergente “y su prevalencia se estima en 10 veces al de la enfermedad celíaca (EC); sin embargo, la falta de criterios diagnósticos consensuados hace que estos datos pueden ser muy variables”, apunta este experto.

Ambas patologías pueden tener una forma de presentación atípica con síntomas tan variados “como lesiones cutáneas, alteraciones neurológicas, osteoporosis… por eso, en ausencia de una prueba digestiva que haga sospechar de qué se trata, el profesional siempre debe pensar en ambas", concluye.

La dieta sin gluten puede resultar tremendamente sana ya que se basa en productos naturales, se aumenta la ingesta de fruta y vegetales, y se evita alimentos manufacturados y comida basura. Sin embargo, el gluten en sí, no reacciona como un agente tóxico en personas sanas”, explica el Dr. Álvaro García-Manzanares.

Sin embargo, aunque los defensores del abandono del gluten sin un diagnóstico de EC o SGNC argumentan la inocuidad de esta medida en gente sana, el Dr. García-Manzanares señala que “dejar de tomar gluten innecesariamente no genera problemas en nuestro organismo pero sí que es cierto que estos productos sustitutivos, a menudo, tienen menor fortificación de vitaminas y una peor composición en sus grasas; Además, son alimento más caros y nuestra cesta de la compra pueda encarecerse en unos 1.500 euros anuales. Otro factor negativo es que limita la vida social”.

Por todo esto, el experto ha subrayado que “es aconsejable confirmar el diagnóstico de EC o SGNC por un profesional antes de embarcarse en una dieta sin gluten, ya que es un tratamiento molesto de seguir y costoso. Evitando dejarse llevar por el consejo de un familiar o tras la lectura de un libro o un artículo por Internet”.

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