El trigo sarraceno, también conocido como alforfón, es una planta herbácea tradicionalmente relacionado con el ruibarbo o la acedera. Se trata de un cereal con granos de forma triangular, que se pueden consumir cocidos o crudos, aunque se recomienda su consumo una vez cocinado, cuyo sabor es suave y sutil cuando está crudo y recuerda a la nuez una vez tostado y cocinado.
Este producto se cultiva en China desde el siglo X, y más adelante se extendió al resto de Europa y Rusia, para a partir del siglo XVII llegar a Estados Unidos.
En realidad no se trata de un cereal, ya que no pertenece a la familia del trigo, el centeno, la avena o la cebada; y los campos de este alimento están llenos de flores que dan paso a este diminuto fruto.
Su cultivo es de corta duración con la siembra en verano la cosecha en otoño; y comparado a los cereales más comunes, es un producto poco productivo, por lo que su precio es bastante más elevado.
A pesar de todo esto, el trigo sarraceno tiene más propiedades que los cereales convencionales, y se compone mayoritariamente de carbohidratos, aunque contiene proteínas y diferentes minerales y antioxidantes.
Este superalimento proporciona pocos picos de azúcar en sangre que contribuye a regular después de cada ingesta. Contiene un 3,4 % de proteínas, y además aporta aminoácidos, es rico en lisina y arginina. Además contiene un 34 % de manganeso, un mineral esencial para el buen funcionamiento del metabolismo ayudando a desarrollarlo adecuadamente, actuando como antioxidante y luchando contra los radicales libres.
También contiene un 28 % de cobre en su composición, que suele ser un valor que se encuentra en déficil en la dieta mediterránea, siendo un oligoelemento con efectos positivos en la salud del corazón. Además contiene un 21 % de magnesio, ayudando a reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas, como la diabetes o los problemas cardiovasculares.
También contiene un 17 % de fósforo, un mineral que suele ayudar al crecimiento y al mantenimiento de los tejidos corporales; y un 18 % de fibra, que encontramos en forma de celulosa y lignina.
La parte más externa del grano tiene almidón resistente, es decir, podría actuar como fibra prebiótica que alimenta nuestra flora intestinal y mantiene una buena salud para nuestro colon.
Entre las virtudes de este pseudo cereal, destaca que es bueno para el sistema cardiovascular, y se le ha relacionado con un menor riesgo para desarrollar colesterol alto y triglicéridos. Además, evita la presión alta y mantiene el corazón sano y fuerte, a la vez que ayuda a las mujeres menopáusicas, ya que le complementan como suplemento nutricional.
Por otra parte, reduce la probabilidad de sufrir un ataque cardíaco, ayuda a prevenir la insuficiencia cardíaca y permite contolar mejor el azúcar en sangre, siendo además un producto que sacia al consumirlo y ayuda a evitar que se produzcan cálculos biliares gracias a la fibra insuluble.
Estamos pues ante una estupenda opción para comer un alimento diferente, rico y saludable, que se puede conseguir en tiendas especializadas, porque no es fácil encontrarlo en supermercados convencionales por su escasa producción.