Hay perros que, igual que algunas personas, padecen de celiaquía, lo que les impide comer productos con gluten. Algunos perros, igual que algunos humanos, no pueden digerir bien esta proteína, y consumir gluten les produce problemas digestivos, que pueden ser más o menos graves dependiendo de cada caso y de la cantidad de gluten que hayan comido.
Aunque se ha observado que la intolerancia al gluten en perros puede afectar a cualquier ejemplar, hay ciertas razas más predispuestas por razones genéticas, como por ejemplo el samoyedo.
La celiaquía no es muy fácil de detectar, y en cualquier caso tendrá que someterse a pruebas médicas para diagnosticarla. No obstante, algunas de las señales de alarma de intolerancia al gluten en perros son vómitos y diarrea. El reflejo natural del cuerpo del perro enfermo es expulsar la comida con gluten, pero al no estar bien digerida, lo hará en forma de vómitos, diarrea o incluso ambas cosas. Estos episodios, en los perros con celiaquía, ocurren pocos minutos después de comer, y se repiten constantemente, siempre que el perro coma los alimentos que le causan esa intolerancia. Es decir, si un día tu perro tiene diarrea después de comer, de forma puntual, no significa que sea celíaco. Si ocurre reiteradamente, es posible que sí lo sea.
La celiaquía no sólo afecta al cuerpo por dentro. Además de problemas digestivos, la intolerancia al gluten en perros suele provocar reacciones en la piel, que producen prurito (picores) y sequedad. Además, suelen concentrarse más en la zona del ano, de tal forma que si tu perro se lame, rasca o arrastra el culo constantemente, podría tener intolerancia al gluten.
La intolerancia al gluten también inflama e irrita las vías respiratorias provocando que el perro no pueda respirar con normalidad. Además, produce tos y picores en la nariz y la garganta.
Por otra parte, las convulsiones de la intolerancia al gluten en perros indican que la situación es grave. Ocurren cuando se han ignorado el resto de síntomas y el perro ha continuado consumiendo gluten. Si tu perro ha tenido cualquiera de estos síntomas y empieza a convulsionar, acude al veterinario enseguida, ya que necesita atención médica urgente.
En cualquier caso, lo mejor es acudir al veterinario antes de que las cosas empeoren. Si sospechas que tu perro podría ser celíaco, llévalo al veterinario y le harán análisis de orina, heces y sangre, además de una prueba hepática y una radiografía abdominal. Si el veterinario ha confirmado el diagnóstico de intolerancia al gluten en tu perro, no te preocupes, ya que es relativamente fácil encontrar comida sin gluten para perros... y es que prácticamente todas las primeras marcas de pienso las fabrican, además de las latas de comida húmeda.
Si prefieres alimentar a tu perro con comida casera natural, sólo deberás asegurarte de no utilizar harinas ni ninguna otra forma de cereal con gluten.