“Ante la desesperación de padres o pacientes afectos de problemas alérgicos severos, se están empleando métodos para diagnóstico sin rigor científico alguno. Es deber y obligación de las sociedades científicas a través de la creación de comités específicos que informen que métodos son los actualmente validados y porqué y cuales no lo están, para el diagnóstico de alergias o intolerancias alimentarias”, explicó el doctor Francisco Moreno Benítez en una conferencia en la XL Reunión de la Sociedad Andaluza de Alergología e Inmunología Clínica (AlergoSur), que se ha celebrado recientemente en Sevilla.
“Vivimos una época de acceso fácil a información mediante herramientas de comunicación como Internet. Asistimos a una situación social, donde se recogen un número muy elevado de opiniones respecto a cualquier tema o asunto social de interés. Con estas condiciones nunca existió mayor potencial de información y a su vez menor calidad de esta”, apuntó el especialista.
El doctor Moreno continuó su conferencia en la XL Reunión de AlergoSur destacando que “las alergias van en aumento, pero la alimentaria repercute más directamente a la sociedad pues implica en gran parte a población infantil. Los estudios en la población española, cuyos datos publicados por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología clínica recogen un 7,4 % de población con alergia a algún alimento”.
“El diagnóstico de alergia alimentaria es complejo debido al número elevado de potenciales alérgenos presentes en cada alimento y al número elevado de alimentos potencialmente implicados. Las costumbres y usos van cambiando, tenemos accesos a todo tipo de alimentos (por muy exótico que sea) y durante todo el año. Además la variabilidad en la presentación de síntomas y la dificultad de controlar los alimentos (o sus trazas) ocultos (etiquetado no claro o completo, nomenclatura confusa, no necesidad de indicar composición de las trazas, etc.), someten al paciente (frecuentemente a los padres de niños con alergia alimentaria) a una situación tan angustiosa que solo los que la padecen lo entenderán”, destacó.
“Esta es una situación abonada para el empleo de métodos no científicos, por no estar contrastados y valorados, para el diagnóstico de alergias a cualquier cosa y lo que es más común intolerancia a estas”, recalcó.
El alergólogo concluyó que “el diagnóstico y la posibilidad de tratar la alergia o intolerancia alimentaria, pasa por el escrutinio y trabajo del médico especialista y el empleo de pruebas complementarias avaladas; pruebas cutáneas, determinación de IgE sérica, test del aliento a los pocos alimentos que están disponibles y sobre todo test de provocación oral controlada como diagnóstico definitivo. De su empleo correcto depende el tratamiento, pues en el caso de alergia a las proteínas de la leche de vaca, huevo y ciertas frutas se pueden tratar y curar”.
Francisco Moreno Benítez, se licenció en Medicina por la Universidad de Cádiz en 1986, donde también obtuvo el grado de Doctor en 1992 con el título de tesis doctoral “Estudio de la respuesta cutánea inmediata a alérgenos. Empleo de planimetría computarizada y análisis de covarianza”. Es especialista en Inmunología por plaza de residente obtenida en el Hospital Universitario Puerta del Mar, finalizada en el 2000.
Ha desarrollado su labor asistencial en diferentes hospitales de la provincia de Cádiz como especialista facultativo de Área (Hospital Universitario Moreno de Mora, Hospital Universitario Puerto Real) de 1989 a 1992. Actualmente desarrolla su labor asistencial en la Clínica Lobatón.