De todos es conocido que ser sensible al gluten y ser celíaco no es lo mismo. La sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC) es una forma de ser intolerante al gluten diferente de la enfermedad celíaca. Comparten algunas características, como la presencia de síntomas intestinales y extra intestinales multisistémicos (que en la SGNC se inician pocas horas o días después de ingerir alimentos con gluten) y también es más frecuente en mujeres.
De acuerdo con los últimos estudios disponibles, se trata de una de las intolerancias más comunes, ya que se estima que la sensibilidad al gluten es mucho más frecuente que la enfermedad celíaca (la cual afecta al 1 % de la población).
Para su tratamiento, los expertos aseguran que, al igual que los celíacos, es fundamental seguir una dieta libre de gluten. Sin embargo, a diferencia de la celiaquía, en que la dieta sin gluten debe seguirse de forma estricta durante toda la vida, a día de hoy se desconoce qué enfoque deberían seguir los pacientes con SGNC en relación a la dieta, ya que la sensibilidad al gluten puede ser en muchos casos un trastorno temporal, es decir, que no necesite una dieta sin gluten muy estricta y que probablemente no tenga que llevarse a cabo de por vida.
Según el profesor de la Universidad Politécnica delle Marche de Ancona de Italia, Carlo Catassi, “el diagnóstico de la sensibilidad al gluten no celíaca no debería estar basado únicamente en un criterio de exclusión. Tanto la comunidad científica como la médica sienten la necesidad de establecer unos protocolos estandarizados y comparables que guíen a los profesionales sanitarios cuando sospechen de la presencia de sensibilidad al gluten no celíaca en el diagnóstico. De hecho, el diagnóstico debe ser claro y definitivo antes de recomendar una dieta sin gluten estricta al paciente”.
Ahora, gracias al análisis y a la comparación entre más de 26 estudios científicos, los expertos elaboraron un protocolo de diagnóstico de dos fases que van más allá de la exclusión de la enfermedad celíaca y la alergia al trigo. De este modo se ha llegado a la identificación concluyente de un paciente “que responde” a la dieta sin gluten y se ha llevado a cabo la medición de los efectos de la ingesta de gluten después de una dieta libre de gluten.
Según cuenta Estetic,com, para disipar cualquier duda de la comunidad científica relativa al efecto placebo, a la hora de resolver los síntomas de un paciente con sensibilidad al gluten no celíaca, los expertos han creado un estricto protocolo de diagnóstico: el estudio cruzado de doble ciego controlado mediante placebo. Este modelo consiste en que los pacientes que han superado el primer paso del diagnóstico tomen durante una semana y de forma diaria un preparado que contenga 8 gramos de gluten o una sustancia inerte (placebo).
Ni los médicos ni los pacientes saben qué producto ha sido administrado, lo que significa que el estudio es "doble ciego". Al cabo de una semana de “limpieza”, durante la cual no se administra ningún preparado, se vuelve a dar durante otra semana el producto que no se había ingerido previamente (si durante la primera semana se tomó gluten esta vez se tomará placebo y viceversa), esto significa que el estudio es "cruzado". Al final del periodo de prueba se realiza, la apertura de los códigos (para saber qué preparado tomó cada paciente durante cada semana).
El estudio de los resultados obtenidos de cada paciente nos dará una más que razonable certeza científica sobre el diagnóstico de la sensibilidad al gluten no celíaca.