La inflación ha hecho temblar los bolsillos de los ciudadanos, que han visto cómo los precios de la cesta de la compra se han disparado, algo que es todavía más gravoso para las familias con algún miembro celíaco, ya que además de soportar la presión de los nuevos precios, continúan sufriendo el sobrecoste que supone consumir productos sin gluten.

 

A día de hoy, la cesta de la compra supone 850 euros más al año que la de cualquier otro consumidor, según el informe anual de precios de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE), que fue publicado a principios de año, cuando la inflación estaba en torno al 6 %, es decir, la brecha actual es aún mayor.

El Gobierno redujo el IVA en los Presupuestos de 2023 a productos básicos como compresas, tampones o preservativos; sin embargo, se han visto fuera de esa medida los productos sin gluten, que no solo no se consideran básicos, sino que además, están calificados como «dietéticos».

«Ha sido una sorpresa mayúscula», ha explicado Aarón Santana, presidente de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España; y lo es, dice, porque estaba convencido de que esta vez la medida saldría adelante al ser propuesta por un partido del Gobierno... y es que no solo Feijóo lanzó esta misma propuesta hace semanas, sino que Unidas Podemos la llegó a poner sobre la mesa para incluirla en las cuentas del próximo año, pero fue rechazada de plano por el PSOE, lo que «supone un agravio comparativo, ya que se presupone que nuestra medicina es un artículo de lujo», lamenta.

Cuenta el diario ABC que dado que en España no se conceden ayudas directas a los enfermos de celiaquía, como sí sucede en otros países, la reducción del IVA al 4 % era para FACE la medida más equitativa, ya que «llega a toda la población esté diagnosticada o no», insiste Santana, que permanece en contacto con partidos políticos y con la principal asociación italiana para tomar notas de otro tipo de ayudas.

En Italia, todas las personas celíacas tienen un cupón mensual para comprar productos sin gluten en farmacias o tiendas que cooperan con el Servicio Nacional de Salud; mientras que Francia, Dinamarca, Holanda, Alemania, Reino Unido y otros muchos países vecinos conceden ayudas directas a sus ciudadanos para adquirir este tipo de productos.

Por otra parte, la ijusticia se agrava si se tiene en cuenta que los miembros del Ejército y los funcionaros del Estado si pueden beneficiarse de ayudas directas que están descartadas para el resto de la población celíaca, ya que el Instituto Social de las Fuerzas Armadas, dependiente del Ministerio de Defensa, concede una ayuda anual para las familias con algún miembro celíaco menor de 18 años de entre 92 y 644 euros, tal y como refleja el BOE.

Por su parte, los funcionarios, a través de Muface, disponen de una ayuda de 450 euros mensuales «para la compra de los productos alimenticios elaborados, tratados o preparados especialmente para responder a las necesidades nutricionales particulares de personas con enfermedad celíaca».

Por desgracia, gracias al Gobierno de la nación, el resto de los celíacos tendrá que seguir pagando un elevado sobrecoste para llevar una alimentación similar al de la población general, siendo esa su única "medicina" para atajar la enfermedad.

Instituciones