A pesar de que las dietas sin gluten están indicadas únicamente para celíacos, en los últimos años ha aumentado el número de personas que se apuntan a esta dieta aunque no padezcan ningún tipo de intolerancia. En estos casos, su objetivo para subirse al carro del “sin gluten” es adelgazar.

La opinión de algunos famosos cantando las alabanzas de lo saludable que es comer sin gluten y lo mucho que adelgaza, ha favorecido la creencia y la idea de que esta dieta es mejor para todo el mundo, ya que les evita que se sientan pesadas o les ayuda a no tener problemas en la digestión.

En este sentido, el Dr. Luis Cueva, médico gastroenterólogo ha explicado que “a veces la gente puede pensar que quitándose el gluten adelgaza porque los celiacos suelen ser delgados. Los que padecen celiaquía en realidad están así por lo general por problemas de malabsorción de su enfermedad de base. Pero aún sin padecer celiaquía, muchos famosos afirman que han perdido peso al dejar de comer gluten. Es cierto. Pero por lo general esta pérdida de peso se debe a que eliminan un grupo entero de alimentos, como el pan, la pasta y cereales. Eso significa que comen menos calorías totales, pero no específicamente por dejar el gluten".

De esta manerra, un estudio del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe de Valencia evaluó 654 productos sin gluten, comparándolos con 655 productos con gluten, revelando que los panes sin gluten tenían un contenido significativamente mayor de lípidos y ácidos grasos saturados; las pastas sin gluten poseían una cantidad significativamente menor de azúcar y proteínas y las galletas sin gluten contenían un contenido significativamente menor de proteína y un contenido significativamente más alto de lípidos.

Las empresas productoras de estos alimentos sacan el gluten, pero tienen que hacer algo para preservar el sabor y la textura. Y por eso les añaden sustitutos como azúcares, grasas, sodio y otros preservantes.

Los desequilibrios nutricionales destacados en esta investigación, presentada en el 50 Congreso Anual de la Sociedad Europea de Gastroenterología Pediátrica, Hepatología y Nutrición, podrían afectar al crecimiento de los niños y aumentar el riesgo de obesidad infantil. “Las empresas productoras de estos alimentos sacan el gluten, pero tienen que hacer algo para preservar el sabor y la textura. Y por eso les añaden muchos sustitutos como azúcares, grasas, sodio y otros preservantes. Que no son exactamente componentes “saludables” de los alimentos” ha explicado el dr. Cueva.

Los expertos están advirtiendo que no solo los productos sin gluten son diferentes en su composición nutricional, sino que los consumidores pueden no ser conscientes de estas variaciones no saludables debido a un pobre etiquetado nutricional.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard en Estados Unidos ha afirmado que las dietas sin gluten, lejos de resultar beneficiosas para la población sin enfermedad celíaca, parecen aumentar el riesgo de desarrollo de diabetes tipo 2. Por este motivo, las personas sin enfermedad celíaca deben reconsiderar la limitación de su ingesta de gluten para la prevención de enfermedades crónicas, muy especialmente de la diabetes.

Geng Zong, director de esta investigación presentada en el marco de la Reunión Científica 2017 sobre Epidemiología, Prevención, Estilo de Vida y Salud Cardiometabólica de la Asociación Americana del Corazón ha advertido en este sentido que “las personas sin enfermedad celiaca deben reconsiderar la limitación de su ingesta de gluten para la prevención de enfermedades crónicas, muy especialmente de la diabetes”.

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