Casi la mitad de los pacientes celíacos sufre algún tipo de anomalía cutánea antes de que se les diagnostique la intolerancia al gluten, lo que puede alertar al médico sobre esta enfermedad, ha defendido la directora del Máster en Dermofarmacia y Formulación Cosmética de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Aurora Guerra.

Guerra ha detallado que muchas de las personas con celiaquía sin diagnosticar tienen problemas como la dermatitis herpetiforme, conocida como enfermedad de Duhring-Brocq, que es autoinmune y se manifiesta con la aparición de ampollas, ronchas, picor y ardor.

La intolerancia al gluten produce una inflamación en otros órganos y sistemas del cuerpo que también repercuten en la piel, pero de una manera "inespecífica", con problemas "tenues pero persistentes", ha explicado esta dermatóloga y experta en la materia, que ha relatado que, en muchas ocasiones, un paciente acude al dermatólogo porque tiene pelo "pobre, ralo, con poco brillo", la piel seca con aspecto cetrino y sufre picores.

En otros casos, la celiaquía puede manifestarse a través de una falta de pigmentación en la piel o vitíligo, o por medio del lupus eritematoso, una enfermedad autoinmune crónica; e incluso, existen dos tipos de psoriasis que pueden estar provocadas por esta intolerancia, ha precisado.

Este es el motivo principal por el que muchos adultos pueden llegar a pasar años sin estar diagnosticados, debido a que su grado de intolerancia es media y no llega a manifestarse de una manera clara.

Guerra ha explicado que un profesional sanitario debe "sospechar" cuando se enfrente a un paciente con piel sensible y síntomas "poco específicos", entre los que también figuran las aftas en la boca.

Una vez que el celíaco está diagnosticado y sigue una dieta estricta sin gluten, pasan hasta cinco años hasta que la piel recupera un estado normal, ha indicado esta doctora.

Según su experiencia médica, cada celíaco debe "personalizar" el cuidado de su piel en función de las afecciones que sufra para controlar los síntomas que padezca. De esta manera, algunos pacientes necesitan utilizar un champú especial porque no toleran los convencionales, que pueden provocar reacciones escamosas en su cuero cabelludo.

Para la piel, la experta ha recomendado productos higiénicos e hidratantes que tengan mucha "tolerabilidad" y evitar sustancias o moléculas que pueden llegar a producir irritación.

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