El Ministerio de Sanidad del Gobierno de España financia diferentes tipos de ayudas a los enfermos crónicos; sin embargo, la celiaquía, una enfermedad crónica del aparato digestivo cuya única medicina es la alimentación, está totalmente al margen de cualquier tipo de subvención económica o alimentaria.
Al margen del Estado, algunas Comunidades Autónomas como Extremadura y Vizcaya, destinan prestaciones que invierten en lotes de productos específicos para familias con celíacos, especialmente para las más desfavorecidas; de la misma forma que algunos Ayuntamientos han presentado Proposiciones No de Ley instando al Gobierno a que se creen ayudas económicas.
De esta manera obtenemos que la concesión de ayudas para este sector de población es una asignatura pendiente, a pesar de que los principales partidos políticos las incluyeron en sus programas electorales.
Según ha recogido CeliCity en una comparativa europea de la situación de los celíacos, Letonia, Grecia, Italia, Hungría, Dinamarca, Noruega y Suecia los países que destinan más ayudas a los Celíacos; por contra, España está a la cola de Europa en lo que respecta a ayudas públicas.
En otros países de la Unión Europea no sólo existe una concienciación, sino que se han establecido medidas para ayudar económicamente a este colectivo, ya sea mediante una cantidad mensual estipulada, mediante desgravación del IRPF, o mediante la prescripción médica de alimentos sin gluten.
Los países que dan más ayudas en porcentaje, calculando la cuantía máxima de la prestación en relación al salario medio son: Letonia (17,80 %), Grecia (14,83 %), Italia (6,90 %), Hungría (6,44 %), Dinamarca (5,70 %), Noruega (4,70 %) y Suecia (4,05 %). Otros países como Holanda, Polonia (10 % IRPF) o Portugal (5 % IRPF) permiten desgravarse los gastos en la declaración de la renta; mientras que en Luxemburgo reembolsan los productos sin gluten, y en Malta se favorece la compra de productos sin gluten por prescripción médica.
