Los niños que padecen celiaquía son más propensos que el promedio a sufrir tuberculosis, a juzgar por los resultados de un reciente estudio en el que se utiliza la prueba de la tuberculina para averiguarlo. El trabajo, al que se hace referencia en la revista Pediatrics, parte de una muestra de 56 menores, de entre uno y 15 años, a los que se les practicó el test, de los cuales 28 padecen enfermedad celíaca diagnosticada y el resto está sano.

Según se aclara en la referencia del artículo, los investigadores examinaron con detalle cualquier asociación existente entre la reactividad de esta prueba y factores como la edad, el género, el estado clínico del menor (en especial si presenta malnutrición), el cumplimiento de una dieta libre de gluten prescrita por el especialista o la respuesta a las vacunas de la hepatitis B y C.

Se vio entonces que once niños dieron positivo en el test de la tuberculina; y aunque solo uno de ellos fue diagnosticado de tuberculosis activa, los otros diez presentaron infección latente por la bacteria que causa esta enfermedad.

Cuenta la web Redacción Médica que en cuanto al grupo control de niños sanos, ninguno de ellos presentó rastro de la patología; y no se observó diferencia alguna en la reactividad al TST entre los pacientes con celiaquía y los del grupo control. Entre los primeros, un 32 % se comprobó que sufrían alergia, y un tercio de esos nueve presentaba un cuadro de desnutrición.

A pesar de partir de un número reducido de casos en el estudio, parece que se puede afirmar que los niños con celiaquía se muestran más susceptibles a la infección por tuberculosis que los menores sanos”, concluye el documento, en la que se añade que, en consecuencia, no está de más recomendar la prueba de la tuberculina para identificar la infección en niños celíacos, incluso en los vacunados frente a la enfermedad, tal como se hace con los sanos.

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