Una investigación estadounidense ha concluido que la dieta libre de gluten en pacientes que sufren celiaquía, no promueve una buena salud intestinal en todos los casos. De hecho, un porcentaje de intolerantes, después de un año de seguir la dieta, siguen sufriendo una enteropatía persistente, segúní se desprende de los análisis realizados mediante una biopsia, dejando a un lado la prueba para determinar el nivel de anticuerpos de transglutaminasa tisular IgA, ya que no es un marcador preciso de la recuperación de la mucosa intestinal.

Según esta investigación desarrollada por expertos del Hospital General de Massachusetts y el Hospital Infantil de Boston (ambos de Estados Unidos), la dieta libre de gluten no promueve una buena salud intestinal, al menos no en todas las personas que sufren intolerancia al gluten.

Según los análisis realizados, uno de cada cinco niños que han sido diagnosticados con la enfermedad celíaca y han mantenido un régimen estricto libre de gluten durante al menos 12 meses, presentaban signos de un daño intestinal continuo.

Los investigadores asumían que una vez detectada la intolerancia y realizado el cambio de dieta, desaparecerían los daños intestinales causados por la ingesta de gluten. Sin embargo, el estudio muestra que no es así, basándose en un análisis realizado a 103 niños celíacos que siguieron la dieta libre de gluten durante un año a los que se realizó una biopsia antes de iniciar la dieta y otra un año después. Los resultados mostraron que un 19 % de ellos tenían daños intestinales persistentes.

Este resultado es mayor de lo que se esperaba, a la vez quer los daños en el intestino no se solventan en todos los casos, por lo que la dieta no es eficaz 100 %.

Resultados similares se han obtenido al realizar el estudio con adultos, que como los niños con daños intestinales persistentes tenían mayor riesgo de sufrir problemas como una densidad ósea reducida y, por tanto, un mayor riesgo de sufrir una fractura de hueso, así como un mayor riesgo de sufrir un linfoma (un tipo de tumor).

Las personas celíacas tienen un cuadro característico de daño intestinal que ha sido causado por la exposición al gluten a través de la alimentación, para confirmar la evolución del tratamiento (dieta libre de gluten), el método más fiable, según los expertos, es realizar una endoscopia, pero dado que es un proceso invasivo e incómodo, con los niños se suele recurrir a un test con el que se miden los niveles de anticuerpos de transglutaminasa tisular IgA (IgA tTG).

Gracias a las biopsias realizadas se ha podido constatar que los daños en una parte de los niños son persistentes, ya que con la prueba para medir los anticuerpos no se puede determinar si existen lesiones intestinales. Se ha observado que en el momento en el que se realizaron las biopsias, en un 43 % de los niños que sufrían una enteropatía persistente, el nivel de anticuerpos de transglutaminasa tisular IgA estaba por encima de lo normal. También se detectó esta situación en uno de cada tres niños cuya biopsia arrojó resultados normales.

En el año 2014, una investigación desarrollada en el Reino Unido determinó que se había incrementado en cuatro veces el diagnóstico del trastorno desde la década de los 90, gracias a los avances en este campo, así como al mayor número de análisis realizados ante una posible sospecha de celiaquía.

Los investigadores explican que si bien, la biopsia es el método más fiable para detectar la intolerancia, muchas personas optan por el denominado auto-diagnóstico, lo que hacen es eliminar el gluten de la dieta para ver si se encuentran mejor. Dado el auge de las dietas libres de gluten, las empresas alimentarias especializadas han incrementado la línea de productos y ahora es habitual encontrarlos en cualquier supermercado, ya que es un nicho de negocio creciente.

Otras investigaciones han demostrado que los alimentos sin gluten no son mejores para la salud de quienes no sufren celiaquía, de ello hablábamos aquí. El tema de la prevención realizada por los consumidores ha provocado un auge de los alimentos libres de gluten, incluso en el segmento de los alimentos para bebés, se sigue esta dieta sin saber si realmente se sufre la intolerancia o como un modo de mejorar la salud, algo que se considera erróneo sin un diagnóstico correcto.

Dados los resultados obtenidos en la investigación, se considera que es necesario revisar los criterios de seguimiento de la enfermedad celíaca durante la infancia, ya que los niños que sufren una enteropatía persistente, podrían sufrir complicaciones en un futuro que afectarían a su crecimiento y desarrollo.

La prueba para determinar el nivel de anticuerpos de transglutaminasa tisular IgA no es un marcador preciso de la recuperación de la mucosa intestinal, de ahí que se considere necesario revisar los criterios de seguimiento y gestión de la enfermedad celíaca en niños.

La investigación ha sido publicada en la revista científica Journal of Pediatric Gastroenterology and Nutrition.

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