Más allá de la predisposición genética, existe cierta unanimidad entre la comunidad científica en que tras la celiaquía se esconden ciertos factores que actúan a modo de detonante. Entre éstos, destaca la contaminación. También el abuso de antibióticos o el exceso de higiene, factores  muy presentes en los países desarrollados, por lo que algunos investigadores han establecido un nexo entre el hecho de padecer la enfermedad y residir en un país avanzado.

Aunque parezca una paradoja, un exceso de higiene puede llegar a ser contraproducente. “Creemos que todo está muy relacionado con la flora intestinal, con la microbiota”, explica a La Vanguardia Gemma Castillejo, gastroenteróloga pediátrica del Hospital Universitario Sant Joan de Reus y asesora de la Asociación de Celíacos de Cataluña. “Lo importante no es que tengas más o menos gérmenes, sino la variedad. Y estamos acabando con variedades enteras de microbiota. Muchos antibióticos, demasiada higiene… todo esto hace que perdamos diversidad, y perder diversidad a nivel de la microbiota parece que tiene mucha importancia a la hora de desarrollar este tipo de enfermedades”, agrega.

Un ejemplo paradigmático que muestra la predilección de la celiaquía por implantarse en países avanzados es la zona de la Karelia. Se trata de una región geográfica situada en la Europa nororiental que ha estado históricamente en disputa entre Finlandia y la ya extinguida Unión Soviética.

Tras concluir la Segunda Guerra Mundial, casi la totalidad de la Karelia fue reincorporada a la URSS. El pequeño territorio que quedó bajo titularidad finlandesa se distribuye, a día de hoy, entre las regiones de la Karelia del Norte y la del Sur. Después de la contienda mundial, miembros de una misma familia quedaron separados por el establecimiento de la enésima nueva frontera en la zona. Unos quedaron en el bando finlandés y otros en el soviético (ahora ruso).

Lo más curioso del caso es que “la parte finlandesa tiene el doble de celíacos que la parte rusa”, apunta Castillejo, “y eso que genéticamente son idénticos y su dieta muy similar. Es el contexto ambiental”, subraya. Para esta doctora, “algo debemos estar haciendo, porque las alergias van a más y hay muchas más enfermedades autoinmunes, como la celiaquía”. Algo debemos estar haciendo, porque las alergias van a más y hay muchas más enfermedades autoinmunes, como la celiaquía.

Obviamente, la celiaquía no se circunscribe sólo a países desarrollados. Que tenga una predilección por éstos no implica que no se manifieste en otros lugares. El Sáhara, sin ir más lejos, es una de las zonas del planeta en donde viven más celíacos, aunque esta realidad se explique por el elevado número de personas con predisposición genética que vive en ese vasto territorio.

Pero hay casos que llaman mucho la atención y que afectan a países que no copan los primeros lugares en los rankings de países avanzados. Por ejemplo, los de Túnez y Argelia, que ocupan el puesto 96 y 83 respectivamente en el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas de 2015 –Finlandia está en el 24 y Suecia en el 14-. “Son países vecinos, prácticamente iguales a nivel genético, con costumbres y contexto ambiental parecidos. Pero en Túnez tienen una cantidad muy baja de celíacos si lo comparamos con Argelia cuando el consumo de gluten es el mismo”, señala Castillejo.

¿Y por qué en un sitio tienen más celíacos que en otro? No lo sabemos. Es apasionante”, recalca. Lo que parece claro es que, en palabras de esta gastroenteróloga pediátrica, “tenemos el sistema inmune algo atrofiado”. “Antes las personas se morían de muchas infecciones. Había niños que perecían de gastroenteritis. Quizás el precio que tenemos que pagar por no tener estas enfermedades infecciosas tan graves es que nuestro sistema inmune se entretenga haciendo otras cosas. Ahora tenemos más enfermedades crónicas, pero siempre es mejor esto segundo que lo primero”, destaca la especialista.

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