La lista de beneficios que aporta la leche materna al bebé continúa creciendo.... Y es que, según algunos estudios, los bebés amamantados tienen muchas menos posibilidades de ser celíacos. Además, tienen tres veces menos probabilidades de padecer obesidad, un mayor cociente intelectual o un sistema inmunológico mucho más robusto que los protege de diarreas o neumonías, por mencionar solo algunas ventajas de este auténtico oro biológico que acompañará al individuo para siempre.
“Un triunfo para toda la vida” es, de hecho, el lema de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que en España se celebra la primera semana de octubre.
Aunque a la salida del hospital la mayoría de las madres (el 80 %) da el pecho, a los tres meses solo el 52,5 % de los niños toman leche materna en exclusiva, una cifra que se reduce al 36 % a los seis, según datos de la Asociación Española de Pediatría.
Cuenta el diario El País en un extenso reportaje, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda amamantar al hijo de forma exclusiva hasta los seis meses de vida, y seguir con la lactancia, junto con otros alimentos, hasta los dos años o más. “Si los riesgos de no apoyar la lactancia fueran más conocidos, se impulsarían las medidas de apoyo”, señala María Teresa Hernández, coordinadora de la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN).
Lanzada por la OMS y UNICEF, acredita a los hospitales que cumplen una serie de requisitos con un sello que se identifica con una atención respetuosa y de calidad.
“Siempre se habla de beneficios, pero no es lo mismo que hablar de riesgos”, señala la pediatra, que también es responsable de la Unidad de Lactancia Materna del Departamento Valencia-Dr. Peset, pionera en España. “A nadie se le ocurre hablar de los beneficios de respirar frente a no respirar. Se trata de respirar para vivir. La lactancia es la forma natural de alimentación en los primeros meses. Cuando lo natural se altera en etapas tan tempranas de la vida, se altera también el desarrollo, disminuyen las defensas del bebé y aumentan los riesgos de enfermedad en madre e hijo”.
La OMS añade: "La lactancia materna también es beneficiosa para las madres. Reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovario en el futuro, ayuda a las mujeres a recuperar más rápidamente su peso anterior al embarazo y merma las tasas de obesidad". “Hay cada vez más estudios que descubren sustancias beneficiosas en la leche, como hormonas que favorecen el crecimiento intestinal y el desarrollo cerebral. Esto supone que, años después, los niños que no tomaron pecho tienen más probabilidades de ser celiacos, padecer diabetes y otras enfermedades crónicas”, indica Hernández.
Uno los estudios recientes más sonados, publicado en agosto en la revista Science con el título 'La primera comida funcional de la naturaleza', resalta de nuevo cómo los beneficios van mucho más allá de la nutrición. Pero pueden llegar más sorpresas, señala Hernández: “Es un terreno bastante olvidado en investigación; hay lagunas de conocimiento”.
La subida de la leche se produce dos o tres días después del nacimiento. Hasta ese momento, el bebé se alimenta de calostro (líquido similar a la leche, pero mucho más denso y pegajoso). Es una práctica bastante frecuente suplementar el calostro con biberones, a pesar de que, como dicen los expertos, se trata de un error que puede costar caro. "Si le das el biberón, el bebé succiona menos el pecho y no tiene lugar el estímulo que provoca que entre en acción el funcionamiento de las hormonas implicadas en la lactancia, la prolactina y la oxitocina", indica Fernández.
La frase de Frank Oski (1932-1996), catedrático de pediatría de la Universidad John Hopkins y editor de la revista Pediatrics, se repite entre lactivistas como la pediatra Ibone Olza, quien señala que estudios de resonancia magnética muestran las diferencias en el desarrollo de la sustancia blanca cerebral entre niños amamantados y niños no amamantados, e incluso las diferencias entre amamantados 12 meses o más de 15. “El cerebro madura de manera diferente con relación al amamantamiento. La lactancia no es solo la leche, también la estimulación sensorial”.